Un día como hoy, 3 de septiembre de 1940, cuando la Segunda Guerra Mundial acababa de cumplir un año, nacía en Montevideo Eduardo Germán María Hughes Galeano por todas y todos conocido como Eduardo Galeano. Este pensador, escritor y periodista uruguayo conocido por su profundo compromiso con el pensamiento crítico y su enfoque único en temas sociales, políticos y económicos, nos dejó un legado tan trascendente que nadie que cuestione la realidad latinoamericana, cimentada en la inmoralidad del colonialismo, puede prescindir de su obra. La aguda crítica a las estructuras de poder, la denuncia de las injusticias y su amplio conocimiento de las realidades de América Latina y el mundo están en sus libros traducidos a varios idiomas.
Eduardo Galeano fue un crítico tenaz del imperialismo y la explotación económica de América Latina por parte de las potencias extranjeras, especialmente Estados Unidos. En obras como Las venas abiertas de América Latina, examina cómo los recursos naturales y humanos de la región han sido explotados en beneficio de las naciones denominadas desarrolladas, es claro con una prosa que incita a seguir leyendo, aunque la denuncia nos duele el alma, en muchas ocasiones. Como el capítulo de Potosí y la explotación del Cerro Rico.
Si hay algo que admiraré siempre de Eduardo Galeano es la capacidad de narrar la Historia desde abajo, sabía de la importancia del análisis histórico desde la perspectiva de las personas comunes y corrientes, en lugar de centrarse únicamente en los eventos y figuras “prominentes” como hace el positivismo. Su gran obra Memoria del fuego es un ejemplo de esta narrativa histórica alternativa que destaca las voces y las experiencias de la gente común.
Su compromiso social y político lo sostuvo a lo largo de su vida, Galeano se involucró activamente en la política y la lucha por la justicia social. Sus escritos y su activismo estuvieron orientados hacia la denuncia de las desigualdades y la promoción de los derechos humanos. Su cuestionamiento y denuncia de los efectos del capitalismo en la vida de las personas y las sociedades fue constante. Analizó cómo el sistema económico global ha perpetuado la desigualdad y la pobreza en todo el mundo, particularmente en América Latina.
Galeano, como yo, creía en el poder de la literatura como una herramienta para concienciar y cambiar la sociedad. Su escritura tiene un estilo poético que encierran mensajes críticos y humanistas, sus libros atrapan y nos hacen pensar, reflexionar, entender, conocer, cuánta falta nos hace este uruguayo hermoso que situó la identidad y la cultura de América Latina en el lugar que corresponde, la riqueza de nuestra diversidad que desafiando la homogeneización cultural impuesta por las influencias externas nos enriquecen en todo sentido.
Siempre he pensado en Galeano como en un Gramsci latinoamericano con una estructura analítica semejante al italiano.
Eduardo Galeano dedicó su vida a la exploración de las realidades y desafíos de América Latina y el mundo en desarrollo. Su enfoque en la denuncia de las injusticias y la promoción de la justicia social ha dejado una huella profunda en la literatura y el pensamiento crítico latinoamericanos, cuánta falta nos hace Galeano y cuánto tendría por escribir en estos momentos difíciles que atravesamos. La contradicción siempre nos sigue y él lo sabía.
