Las élites regionales y empresariales cruceñas han logrado aislar al hermoso departamento de Santa Cruz, al igual que un hijo mimado en una familia, que quiere hacer lo que quiere, según su percepción, “nadie le entiende, nadie le acepta“ y a punta de berrinches quiere conseguir lo que él desea.
Estas élites critican al nivel central del Estado de ser un gobierno dictatorial, tener los mismos dirigentes y de no haber renovación; sin embargo, la elección de estos líderes, como ser el Comité Cívico, la realizan entre unos cuantos representantes de algunas organizaciones, quedando la mayoría de los cruceños al margen de estas elecciones, ni qué decir sobre la renovación de gestión, están en el Comité Cívico por un tiempo y en la siguiente gestión están en la CAO, la próxima en la Cainco y así sucesivamente.
Vociferan que el nivel central es corrupto, empero, no hacen referencia al caso de los ítems fantasmas o las grabaciones en las que se menciona los diezmos que cobran para obras departamentales y otros casos que se ventilaron en los medios de comunicación.
Vaticinan que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo llegó a su fin, queriendo convencer a los bolivianos de que existe un modelo económico cruceño que salvará el futuro de nuestro país, pero olvidan decir que no es nada más que una triste copia del modelo capitalista que tiene como referencia el desarrollo de países como Estados Unidos o Europa, vale decir el capitalismo salvaje y corrupto.
El desarrollo del capitalismo estaba ligado a la Iglesia (como parte integrante del Estado y, por tanto, de la toma de decisiones), y justificaban la desigualdad económica como un designio divino, lo mismo ocurría en la Catedral cruceña, todos los domingos los curitas a cargo se encargaban de criticar las políticas centrales y justificaban el accionar de las élites cruceñas, ahora guardan silencio después de destaparse el escándalo del Banco Fassil.
Las grandes fortunas de varios empresarios que, generalmente, están ligados a los recientes delitos en la entidad financiera Fassil, donde, valiéndose de ahorristas cruceños que depositaron su confianza en este banco, hicieron crecer sus patrimonios económicos ligados a prácticas financieras poco transparentes, donde los grupos industriales tratan de “dominar” a los demás sectores económicos, entre ellos el financiero, pero de forma irregular por no decir fraudulenta.
Estos cuasi empresarios crearon una entidad financiera en la que captaron los ahorros de la ciudadanía; lo lógico era que dichos recursos sean invertidos en acciones financieras que generen intereses; sin embargo, los mismos fueron utilizados en préstamos y acciones financieras vinculadas al mismo consorcio financiero, vale decir que hacían girar los recursos entre ellos para obtener ganancias de forma poco transparente.
La élite cruceña trata de convencer a los bolivianos de que en Santa Cruz se desarrolla un modelo económico “puro y limpio”; se jactan de ser el departamento más productivo que, evidentemente, lo es, pero olvidan mencionar, por ejemplo, que esa productividad está ligada de gran manera a las subvenciones de los hidrocarburos.
En este sentido, Santa Cruz debe seguir siendo el motor productivo, sin olvidar priorizar el mercado interno y debe incrementar su productividad si quiere aumentar sus exportaciones. Es muy Fassil entender este modelo económico que ahora es poco transparente, por las irregularidades de enriquecimiento ilícito de algunos empresarios que se dieron a la tarea de aprovecharse de su pueblo y hacerse ricos a costa de ellos.