Contexto de la invasión española
¿Cuál era el contexto político, económico y social en nuestro planeta, en el momento que fuimos colonizados en 1492?
En el aspecto político, el Imperio Romano —que nació en el año 27 a.C., con su capital Nueva Roma, más conocida como Constantinopla (hoy Estambul, Turquía)— se expandió por tres continentes: Europa, Asia y África. En el año 395, para alcanzar una mejor gestión en el vasto territorio que había conquistado, se dividió en: el Imperio Romano Occidental y el Imperio Romano Oriental.
El Imperio Romano de occidente, con su capital en la actual Milán, abarcó Europa y la franja mediterránea de África. El Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino, con su capital Constantinopla, se extendió en el norte de África y Asia.
En el año 476 desapareció el Imperio Romano Occidental, al ser derrocado el emperador romano; aquí termina la Edad Antigua y empieza la Edad Media. Los territorios que pertenecieron a este imperio dieron origen a reinos medievales, precursores de los Estados modernos. El elemento unificador de estos países fue la religión: el cristianismo.
El Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino pervivió durante la Edad Media y el comienzo del Renacimiento hasta la caída de Constantinopla (1453), tras el triunfo del Imperio Otomano, con su capital Sôgût, luego Bursa, Edirne y finalmente Constantinopla (desde que derrocó al Imperio Romano Oriental); se expandió por los Balcanes, Oriente Medio y el norte de África; duró desde 1299 hasta 1923. En esta región se debilitó el cristianismo y se empoderó la religión musulmana.
La economía en la Edad Media se basaba en la agricultura, esa era la fuente de su riqueza.
La sociedad estaba conformada por la nobleza y el clero en la clase alta, que eran la minoría de la población; y los campesinos, artesanos y esclavos que conformaban la población mayoritaria.
La invasión española
¿Cómo España “conquista” nuestros territorios?
Durante el Imperio Romano, lo que hoy es España fue parte de la Península Ibérica conocida como Hispania. A la caída del Imperio Romano Occidental, esta península formó cuatro reinos cristianos: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal; y un reino musulmán, el de Granada; además de un conglomerado de reinos. Los reinos más grandes formaron “coronas”: la Corona de Castilla (que incluía los reinos de Castilla y León) y la Corona de Aragón (formada por los reinos de Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca); y el reino de Navarra. Un reino estaba dirigido por un rey; una corona era la fusión de varios reinos.
Las coronas de Castilla y Aragón estaban gobernadas por reyes denominados “reyes católicos”. Con el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en 1469 se unificaron sus coronas y sus territorios. En enero de 1492, “los reyes católicos” conquistaron el reino de Granada, expulsando al último rey musulmán. El reino de Navarra fue incorporado a la corona de Aragón primero, y a la corona de Castilla después. De esta forma, los reyes católicos formaron la monarquía hispánica, aglutinando a todos los reinos de la antigua Hispania, quedando el reino de Portugal separado, como hasta hoy.
Una monarquía es un gobierno vitalicio, al que se accede por derecho y de forma hereditaria.
La economía en la naciente monarquía se basaba en la agricultura y la ganadería.
La construcción social correspondía a la Edad Media, también conocida como feudalismo.
Tras la toma de Constantinopla por los otomanos (1453), el comercio entre Europa y Asia se vio afectado, ocasionando la escasez de varios productos, lo que indujo a los europeos a buscar otras rutas comerciales marítimas.
Es en este contexto que los reyes católicos financian el viaje de Cristóbal Colón, que inesperadamente lo trae a nuestro continente.
La historia escrita por los conquistadores se organiza en función a sus triunfos o derrotas guerreras; así, la Edad Antigua concluye con la caída del Imperio Romano Occidental (476); la Edad Media concluye con la invasión a nuestro continente (1492) y empieza la Edad Moderna.
Gracias al “descubrimiento de nuestro continente” (1492), la monarquía hispánica se convierte en imperio, que dura hasta 1898 (nuestra independencia fue en 1825). España nace el 24 de febrero de 1556, constituyéndose en el Imperio Español. Un imperio es cuando un estado extiende su dominio político más allá de sus fronteras, inclusive en otros continentes.
A partir de 1492 cambia la estructura mundial de nuestro planeta (Enrique Dussel); la economía ya no se basa en la agricultura y ganadería, ahora se centraliza en el saqueo de nuestros recursos naturales (minerales), la venta de estos minerales da lugar al “capital”, que luego derivaría en el “capitalismo”, siguiente fase del feudalismo.
La llegada de los hispánicos-españoles no solo fue un saqueo de nuestros recursos naturales y el genocidio de millones de indígenas (Eduardo Galeano), de la que nos liberamos con la independencia alcanzada en 1825; aún nos queda liberarnos de la colonialidad y el eurocentrismo mental que nos dejaron, esa será nuestra Segunda Independencia (Enrique Dussel).
Claudia Miranda Díaz es economista y auditora financiera.