Un cuento infantil menciona que existía un lobo feroz, que soplaba y soplaba, y derrumbaba las viviendas de tres cochinitos, pero se topó con la tercera vivienda que por más que soplaba no se derrumbaba, porque contaba con cimientos fuertes. Lo mismo parece suceder con la coyuntura actual de la economía nacional, se tiene a los lobos feroces, que durante 16 años soplan con todas sus fuerzas para convencernos de que estamos en crisis, sin lograr sus objetivos.
Pero estos feroces analistas tienen sus aliados a nivel internacional, uno de ellos es la calificadora Moody’s, entidad norteamericana que realiza supuestos análisis financieros y económicos. Esta entidad disminuyó la calificación de Bolivia de Caa1 a Caa3, bajo el pretexto de que la emisión de largo plazo en moneda local y extranjera y de deuda senior no está garantizada.
Pero esta calificación no contempla que Bolivia en ningún momento incumplió el pago de la deuda, es más, ni siquiera se retrasó, tampoco ve el destino de la deuda, como hacían en otros gobiernos donde la deuda era para cubrir los salarios y aguinaldos, hoy la deuda es para inversión y construcción de bienes y carreteras; así también adquirían deuda de un organismo internacional para pagar la deuda a otro organismo internacional (bicicleteaban).
No pasa lo mismo cuando la calificadora Moody’s mantiene la calificación a la Argentina, pese a que Milei recibe un crédito de la CAF por $us 960 millones “para pagar el crédito del FMI” y de esta manera no “atrasarse” en la cuota de crédito. Pero eso no queda ahí, en enero de 2024, el FMI autoriza un crédito a la Argentina de $us 4.700 millones, pese a que esta entidad sabía y sabe que el país gaucho no tiene los suficientes recursos para honrar su deuda.
Resulta paradójico que un país como Bolivia, luego de atravesar etapas de especulación económica, provocadas por redes sociales, noticias falsas y otros, y realizar sacrificios para cumplir con sus cuotas de pago de su deuda, reduzca su calificación; no pasa lo mismo con Argentina, que se presta para pagar sus deudas y que encima adquiere más créditos que son destinados a gastos corrientes y no a inversión; pese a esos aspectos negativos su calificación no disminuyó.
Pero esta disminución de la calificación ‘coincidentemente’ sucede cuando la jefa del Comando Sur de Estados Unidos expresa su preocupación por el incremento de la “influencia de China y Rusia” en las inversiones que realizan en el triángulo del litio y también cuando la ministra argentina indica que en Bolivia existe militantes iraníes de grupos irregulares.
No cabe duda que en los siguientes días nuestros analistas feroces arremeterán nuevamente contra el modelo económico, con esta nueva herramienta que fue proporcionada por Moody’s; sin embargo, la construcción de la economía nacional cuenta con pilares fuertes, que son la bolivianización de la economía, donde se da mayor importancia y fortaleza al boliviano mientras que el dólar americano reduce su importancia en el país.
Soplen, soplen, pero ni con sus soplidos ni con un tractor debilitarán la economía ni la confianza de la población boliviana.