La impunidad de la que disfruta el régimen israelí es sin lugar a dudas un punto de inflexión, pues una vez más conocemos quién realmente controla Estados Unidos, por ello el pasado 24 de julio del presente, Benjamín Netanyahu fue recibido y ovacionado en el Congreso de los EEUU, en un escenario donde una multitud de personas en las afueras del Capitolio rechazaban la normalización del genocidio en Gaza; así como 400 activistas judíos arrestados dentro el Congreso estadounidense que exigían el fin de envíos de armas a Israel.
“El carnicero de Tel Aviv” (Atilio Borón) por enésima vez arremetió contra la República Islámica de Irán, manifestó que “Irán está virtualmente detrás de todo el terrorismo, toda la turbulencia, todo el caos, todas las matanzas”; asimismo fiel a su cinismo, aseveró que ningún civil murió en Gaza y que Hamás está robando toda la ayuda humanitaria que entra al enclave.
El mundo entero es testigo de que mientras Netanyahu se dirigía al Congreso de EEUU, continuaba el genocidio perpetrado por el ejército de ocupación israelí en la Franja de Gaza, donde más de 40.000 personas fueron asesinadas, en su mayoría fueron niños y mujeres y más de 90.000 heridos, desde el 7 de octubre de 2023, cuando se llevó a cabo la Tormenta Al Aqsa, y donde el régimen sionista israelí sigue perpetrando sus bombardeos a los lugares de refugiados, campamentos, escuelas en Khan Youni, Rafah, Deir al-Balah y otros, mandando órdenes de expulsión.
Gaza hoy vive el peor desastre humanitario de la historia, la propia ONU señala que el 90% de los gazatíes están desplazados por la fuerza, donde no hay seguridad, alimento, electricidad, agua; las familias buscan refugio donde pueden: escuelas abarrotadas, edificios destruidos, tiendas de campaña improvisadas sobre la arena o entre montones de basura, se siente cansancio en sus miradas desoladas, pánico en los niños, niñas y bebés sobrevivientes de las masacres, rescatados entre los escombros heridos, sin atención médica; ya que la situación sanitaria ha colapsado. La OMS advirtió no sólo de la hambruna, sino también de las enfermedades virales, difteria, tétanos, poliomielitis que tienen prácticamente garantizado el desenlace de una muerte generalizada en particular en niños menores de cinco años.
El ente sionista israelí, el que lleva la aniquilación del pueblo palestino, está perdiendo en esta su supuesta guerra; pues digan lo que digan Israel no logró derrotar la Resistencia, a pesar del enorme apoyo de Estados Unidos, y otros países, y en esa su derrota es que Netanyahu sigue pidiendo al Congreso que acelere la ayuda armamentística y militar para continuar con el genocidio en su discurso que reveló su naturaleza cruel y demoniaca.
El recibimiento del Congreso de los EEUU a Benjamín Netanyahu no sólo es una muestra de apoyo al exterminio de los palestinos; sino también demuestra que la elección presidencial estadounidense está en manos del criminal de guerra y del poderoso Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e Israel (AIPAC), que se autocalifica como el “más numeroso lobby proisraelí” que “contribuye con más recursos directamente a los candidatos”, y que representa a “más de 3 millones de estadounidenses proisraelíes en cada distrito del Congreso para fortalecer el apoyo bipartidista en la relación de Estados Unidos con Israel”.
Recientemente, el portal israelí Forward afirma que a partir del 7 de octubre de 2023 “el AIPAC recaudó 90 millones de dólares”, cuya “gran parte ha sido destinada desde ahora a las elecciones de 2024”, esto demuestra quién tiene el control del Congreso de los EEUU; ya que gane quien gane en los comicios de noviembre de este año, Donald Trump o ahora la candidata después de la retirada electoral de Joe Biden, Kamala Harris, Benjamín Netanyahu llevará la masacre de Gaza hasta sus últimas consecuencias con las armas de EEUU.
Ese su odio, desprecio y aberración contra los palestinos y el querer aniquilar a la República Islámica de Irán, el único bastión del Eje de la Resistencia, en su sueño fallido, lo lleva no sólo a internacionalizar su guerra atacando a Hezbollah en el Líbano, amenazando de llevar a una guerra, sino también de querer poner de rodillas a Hamás, los movimientos de la resistencia y todos los que luchan por la libertad de Palestina.
Netanyahu ha fracasado y nunca podrá destruir al Eje de la Resistencia; pues más temprano que tarde Israel desaparecerá (Hassan Nasrallah).
La Paz/AEP/ Sdenka Saavedra Alfaro