Ayer fue Irán, mañana será Venezuela o Bolivia, eso no debería sorprendernos; ya que Tel Aviv ya ha demostrado por enésima vez su comportamiento criminal; Ismail Hanie es otra víctima de su maldad frente a los más de 40.000 ejecutados en Gaza.
En el año 2013, el Jefe del Estado persa Alí Jamenei manifestó “que ante las amenazas y/o ataques del régimen israelí, “la República Islámica convertiría en polvo a Haifa y Tel Aviv”, en esa línea, cuando la entidad sionista bombardeó su consulado en Siria —donde asesinó a 7 diplomáticos iraníes—, la respuesta con misiles sobre la capital israelí el 13 de abril fue una ínfima muestra del poder militar de los ayatolas; así como fue legítimo en el marco del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas (art. 51, legítima defensa).
Desde el 13 de abril, Irán ha tratado de mantener la calma con el único fin de que la entidad ocupacionista pare el genocidio en Gaza, no obstante de haber un mamotreto de resoluciones y recomendaciones de los órganos del sistema de Naciones Unidas, como el Consejo de Seguridad o la Corte Internacional de Justicia; así como una orden de arresto contra Benjamín Netanyahu, a Israel le ha importado un cacahuate, pues aun habiéndose comprometido a una tregua, siguió bombardeando y asesinando a mujeres, niños y civiles incrementando la cifra de víctimas a más de 40.000 palestinos.
La arrogancia del ente sionista está amparada por EEUU; el hecho que un acusado de genocidio (Netanyahu) con orden de arresto de la Corte Penal Internacional haya intervenido en el congreso estadounidense denota el acto más nauseabundo del “País de los derechos humanos, la libertad y la democracia”.
El régimen israelí está sumamente confiado que puede hacerle frente al líder del Eje de la Resistencia (Irán), con seguridad, una vez más está en un rotundo error. Muy confiado en sus patrocinadores, cree que puede enfrentar a la República Islámica cuando Washington ha fracasado en Ucrania y Palestina, a tal fin, no le conviene que su pequeño vasallo en el Asia Occidental sea el gatillador de una guerra a gran escala que podría arrastrar a Rusia o China.
‘Bibi’, al haber sido el autor de los asesinatos del comandante Fuad Shukr (Hezbollah) e Ismail Hanie (Hamas), pensó debilitar a la resistencia; error garrafal, cuando lo único que logró con ello es fortalecer las convicciones ideológicas pero fundamentalmente espirituales, pues el islam shiita tiene un lazo con la cultura del martirio en la figura del Imam Hussein; asesinado y decapitado en el desierto de Karbalá en Irak el año 680 d.C., justamente por individuos similares a Netanyahu, Biden o Macron, quienes representarían a los asesinos del nieto del Profeta Muhammad (Mahoma).
Aun exterminando a los combatientes de la resistencia islámica, sus epifanías están más allá de las balas, los tanques y los misiles, por ello la muerte no les asusta; ésta solo es una etapa más en la lucha de sus derechos, pues ellos aplican el legado de su maestro quien dijo: “Yo veo en la muerte solo felicidad, y en el vivir con un tirano, solo desdicha”. Imam Hussein.
Netanyahu y su cúpula de poder, NUNCA PODRÁ DERROTAR AL EJE DE LA RESISTENCIA, hacerlo significaría borrar del mapa al Líbano, Siria, Irak, Yemen, Palestina y la República Islámica de Irán. El asesinato y la violación de la soberanía del Estado persa en medio del silencio del Consejo de Seguridad y la Unión Europea, frente a semejante violación al Derecho Internacional, a Irán no le queda otra opción —legítima y legal— de responder y castigar el atrevimiento descarado del régimen israelí.
De no responder Teherán, estaría consintiendo las actitudes criminales del ente sionista, por lo mismo es “justo y necesario” que se “castigue al régimen israelí”, no hacerlo solo inflaría aún más la soberbia y la criminalidad del sionismo y el imperialismo.
Ayer fue Irán, mañana será Venezuela o Bolivia, eso no debería sorprendernos; ya que Tel Aviv ya ha demostrado por enésima vez su comportamiento criminal; Ismail Hanie es otra víctima de su maldad frente a los más de 40.000 ejecutados en Gaza.
Mientras israel siga actuando contra la paz, la vida, y de mala fe en sus compromisos frente al derecho internacional —peor aún con intenciones de usar sus más de 300 ojivas nucleares—, aun con la ayuda de EEUU, Inglaterra o Francia, está preparando su propia destrucción.
Escrito por Roberto Chambi Calle.