En medio de los bombardeos a la Franja de Gaza, y los más de 9.000 palestinos muertos, entre ellos 3.500 niños, al momento de escribir estas líneas, el régimen israelí ha cortado los servicios elementales como el agua, electricidad y alimentos; así como la entrada de ayuda humanitaria, encuadrándose esta actitud en actos de genocidio contra la humanidad.
La incursión de la Resistencia Islámica (Hamás) en territorio israelí el 7 de octubre, ha sido una respuesta producto de la impotencia de las constantes masacres cometidas por más de 75 años impunemente por Israel, en un escenario en donde EEUU y gran parte de la Unión Europea guardan silencio por los crímenes cometidos por su aliado en territorio palestino: ¿por qué lo hacen?
La felonía de la “comunidad internacional” reunida en Naciones Unidas hasta el presente se ha traducido en acciones espurias; pues con simples declaraciones de apoyo ocultan sus verdaderos rostros bajo la máscara de la “diplomacia” con eslogans de “paz y no a la guerra”, cuando por sí mismos a nivel regional o mundial no demuestran su compromiso tangible con el pueblo palestino. Así por ejemplo cuando un actor internacional de cara a la responsabilidad internacional por la paz y contra la guerra, podría iniciar por sí mismo acciones ante la Corte Penal Internacional y los distintos tribunales competentes en el mundo o, en su defecto, como una muestra de su apoyo cortar cualquier lazo comercial y político contra Israel, las mismas que serían medidas firmes de su postura por la paz que pregonan.
La actitud desmedida de Israel no solo contra Hamás, sino contra la población civil —producto de sus bombardeos indiscriminados— no ha cesado desde que declaró “su guerra”, paradójicamente llamada guerra cuando Palestina se enfrenta al 18° ejército más poderoso del mundo (Global Fire Power, 2023), asesorado y apadrinado por EEUU, que ya ha enviado portaaviones, destructores y ayuda financiera a su socio, pero no solo ello sino que Joe Biden advirtió en tono de amenaza que cualquier país, organización, cualquiera que esté pensando en aprovecharse de esta situación, “que no lo hagan”; así como también su secretario de Estado Blinken le dijo al Presidente israelí que “mientras Estados Unidos exista, (...) estarán siempre a su lado”.
Pero lo que no calcula EEUU e Israel como respuesta a sus crímenes es la posible incursión de la Fuerza Quds (Irán), el Hezbollah, (Líbano) y Ansorolá (Yemen); así como el ejército checheno de Rusia, que están dispuestos a defender a la población palestina en Gaza.
Fuera del tema humanitario —que es de vital importancia— también está presente la cuestión religiosa, la misma que obedece a una raigambre espiritual que obliga a los combatientes musulmanes —shiitas o sunnitas— a defender a sus hermanos; así como Jerusalén que es considerado el tercer lugar sagrado para ellos. En ese sentido, los agresores del pueblo palestino deben estar conscientes de que la incursión de estos combatientes en el posible escenario de guerra, fácilmente pueden doblegar a las fuerzas ocupacionistas: ya lo hizo una facción de Hamás el 7 de octubre al doblegar al ejército israelí.
EEUU y sus halcones y gendarmes en las distintas regiones del mundo ya han sido derrotados —por citar algunos ejemplos— en Vietnam, Irak, Afganistán, Irán o Siria, siendo estas las pruebas de su fracaso como ejército y “potencia”. En tal sentido, envalentonarse tocando tambores de guerra para defender a su aliado israelí es una verdadera irresponsabilidad frente a la humanidad, pues si quieren fomentar e implantar la paz, este debe ser quien desde el Consejo de Seguridad y las Naciones Unidas llame al diálogo sincero y justo, en especial al pueblo palestino, para que este de una vez consolide su independencia.
Actualmente, Washington está en guerra con Rusia y posiblemente con China por la cuestión de Taiwán y por tal accionar su ayuda con el envío de millones de dólares, armas, cazas F16, tanques, etc., a Ucrania y su asistencia a Israel, harán que se debilite; pues las “municiones y la pólvora” tienen fecha de expiración, peor aún, cuando los combatientes de Ansarolá, Hezbollah, la Fuerza Quds, las Unidades de Movilización Popular de Irak, el ejército checheno y los talibanes manifestaron que están dispuestos a defender Palestina. ¿Estará preparado EEUU para nuevamente enfrentarse con ellos?
No cabe duda de que la guerra no es buena para nadie, pero también se debe entender que a veces solo por este medio se pueden hacer prevalecer los derechos de las naciones agredidas; ya que Palestina —discriminada en las Naciones Unidas como Estado Observador— sin tener un ejército, tiene derecho a la legítima defensa (art. 51 de la Carta de las Naciones Unidas). En tal sentido, los países obsecuentes con Israel deben ser conscientes de que no solo se está arrastrando a un país hacia el conflicto total, sino a muchos (Irán, Yemen, Siria, Rusia o Afganistán). Por ello, mientras no se reconozca la independencia y soberanía plena de Palestina y su capital Jerusalén, no habrá paz en el mundo.