Desde que los políticos opositores perdieron las elecciones generales de 2005, 2009, 2014, 2019 y 18 de octubre de 2020, criticaron y rechazaron injustificadamente por todos los medios a su alcance los actos gubernamentales del gobierno constitucional y legítimo de Luis Arce Catacora.
Inclusive denunciando hechos de corrupción sin pruebas de ninguna clase, solo para dañar la imagen del Órgano Ejecutivo; desde entonces quisieron y quieren unirse —como sea— en base a un candidato único para ganar al MAS-IPSP en las próximas elecciones generales de 2025 y gobernar el país, pero hasta el presente no lograron unirse porque sus intereses personales no les permiten, y todo hace ver que no se unirán. Otra realidad que muestra la calidad y catadura de tales políticos es que no han publicado ni siquiera 10 hojas de su plan o programa de gobierno, para solucionar los problemas y crisis creadas por ellos mismos y que actualmente atraviesa el país.
Desde entonces, se limitaron a hacer política barata haciendo uso de la mentira recurrentemente para desestabilizar al Gobierno constitucional; politiquería que no sirve para ganar elecciones, sino solo para manipular al pueblo momentáneamente y engañarlo hasta que el sol ilumina con el nuevo día. Tan es así que ni siquiera presentaron nuevas ideas políticas ni sociales o propuestas de una revolución política o forma de gobierno —en ningún folleto—, basadas en la cultura, ancestros e idiosincrasia del pueblo boliviano, para su progreso, situación que demuestra la falta de cultura política de los políticos opositores que fracasan frecuentemente por ello.
Lo que publicitaron y alentaron reiterativamente es volver a ser República, mintiendo que el Estado Plurinacional de Bolivia fracasó, al parecer para volver a cometer las injusticias que se cometieron en la era republicana, que son de dominio público; además volvieron a propugnar el federalismo —con la misma mentira de que el Estado Plurinacional fracasó— para dividir Bolivia, y que Santa Cruz de la Sierra sea un Estado federal al igual que los departamentos de la “media luna”, adecuando así su conducta el delito de: SEPARATISMO, tipificado en el Art. 129 bis del Código Penal que dice: “El que en forma individual u organizada resolviere inconstitucionalmente, agrediere, atacare, violentare o asaltare teniendo la finalidad de dividir, disgregar o separar la unidad del Estado, será sancionado con privación de libertad de treinta (30) años sin derecho a indulto. Igual pena se aplicará al que colaborare, organizare, financiare, controlare, determinare, facilitare, o cooperare en tal acto separatista”; finalmente mintieron diciendo que esa es la salvación de Bolivia. Mentiras que quieren hacer creer, como nos hicieron creer que Colón descubrió América y por ello España es nuestra patria madre.
Tales políticos opositores desde siempre miraron y miran al pueblo boliviano desde el punto de vista del fascismo, por ello en todas sus actuaciones políticas discriminan a los aymaras, quechuas y tupiguaraníes, porque no toman en cuenta la cultura de las mujeres y hombres del mundo andino; por lo mismo tienen como consigna política el ANARQUISMO que es “la doctrina que propugna la desaparición del Estado y de todo poder”, conforme lo definen todos los diccionarios. Por ello no glorifican a los líderes como Túpac Katari y otros, sin embargo, quieren ganar en las elecciones generales. ¿Es posible?
Con tal actividad política, los opositores no ganarán las elecciones de 2025 aunque se unan; porque demuestran que no quieren a la Patria y no quieren democracia, ignorando al mismo tiempo que casi el 90% de los bolivianos y bolivianas son descendientes de aymaras, quechuas y tupiguaraníes, como lo manifestó Erick Fajardo, asesor político de Manfred Reyes Villa, diciendo: “Santa Cruz es hoy día cunumi, mestiza y de provincia,” releyendo social y políticamente a su población oriunda del Collasuyo y distinta de la mal llamada “nación camba” que algunos dicen que existe sin demostrarlo hasta el presente.
Consiguientemente, aunque el MAS-IPSP se divida —que parece imposible—, los políticos opositores perderán las elecciones generales de 2025, porque no tienen plan ni programa de gobierno que ofrecerle al pueblo boliviano, solo mentiras y promesas difíciles de creer, que ni ellos mismo creen; ante esa realidad, lo que les interesa no puede ser otra cosa que dar un golpe de Estado para liberar a todos sus líderes que están detenidos que ellos injustificadamente los denominan “perseguidos políticos”, y evitar que sean detenidos los que aún están libres impunemente.
Por: Armando Aquino Huerta/