Esas verdades, publicadas por los medios de comunicación nacionales e internacionales, mostraron al pueblo boliviano y el mundo que Luis Fernando Camacho ya no es líder de Santa Cruz, ni tendrá patrón que quiera hacer lo que le venga en gana con el pueblo cruceño, que tiene casi cuatro millones de collas aymaras y quechuas que trabajan día y noche por el progreso de ese departamento.
Las críticas políticas valientes hechas por el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz de la Sierra, Fernando Larach, ejerciendo su libertad de expresión y obligado por la necesidad de poner fin a las mentiras y actos tiranos de los títeres de la agrupación política CREEMOS y el desgobierno de su líder Luis Fernando Camacho —gobernador de Santa Cruz detenido en la cárcel de Chonchocoro por varios delitos—, denunciando que ellos tienen angurria de poder con odio y usan la confrontación para dividir, tratando de traidores a los que piensan diferente a ellos gritando: “Si no estás conmigo sos traidor, sino no estás conmigo sos masista”. Cuyos títeres, sumieron a Santa Cruz en una crisis económica por sus intereses personales, como consecuencia de los 36 días de paro y bloqueo cometiendo masacres, asesinatos, incendios y otros delitos, que dejaron un daño económico al Estado de más o menos de $us 1.400.000, que tendrán que responder más temprano que tarde.
Críticas y denuncias irrefutables, que fueron respaldadas por asambleístas y políticos patriotas, porque se demostraron los fracasos de dicha agrupación política, que solo tiene la finalidad de desestabilizar el país y dar un golpe de Estado creando nuevos conflictos sociales, haciendo paros y bloqueos, observando el Censo de Población y Vivienda —y otros— para lograr la libertad de su líder detenido en Chonchocoro, porque saben que ninguna ley, convenio, tratado ni la Declaración de Derechos Humanos permiten la libertad de su gobernador.
Teniendo presente que el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, está detenido legalmente en la cárcel de Chonchocoro —por varios delitos cometidos durante el golpe de Estado de 2019 y en ejercicio de sus funciones de gobernador—, resulta irrefutable e indiscutible todo lo criticado en tono molesto por el presidente cívico Fernando Larach, ya que el nombrado gobernador ha dejado de ser líder al ser el principal preso de la cárcel de Chonchocoro, porque desde la cárcel no se puede gobernar Santa Cruz lícitamente; por ello solo se podría considerar líder al nombrado gobernador, mintiendo y engañando al pueblo, pero la mentira como el engaño tienen patas cortas.
Es más, el valiente presidente del comité cívico de Santa Cruz, rechazando la conducta y los hechos de su gobernador encarcelado en Chonchocoro que actuó y actúa como patrón, dijo: “Desde cuándo los cruceños tenemos un patrón que juzga y ejecuta a vista y paciencia de muchos a quienes piensan diferente”; tal rechazo cargado de indignación resulta rotundo y justificado, porque es inaceptable que el gobernador Luis Fernando Camacho actúe como patrón del noble pueblo cruceño, ni qué decir si los cívicos de las provincias y los cruceños no son ni pueden ser borregos de él ni de nadie, entendiendo que patrón quiere decir mandamás, amo y dueño —conforme a la Real Academia Española (RAE)—; si a ello añadimos los discursos de odio y confrontación de los títeres referidos por Fernando Larach, no hay duda de que le han causado daño a Santa Cruz desde todo punto de vista, principalmente desde el punto de vista político, porque pronunciando democracia trataban y tratan de traidor —mintiendo con cinismo— a verdaderos demócratas; además, si el MAS-IPSP toma la Asamblea Departamental de Santa Cruz, será porque son mayoría y la democracia bien entendida les da ese derecho —no por traición de nadie—.
Esas verdades, publicadas por los medios de comunicación nacionales e internacionales, mostraron al pueblo boliviano y el mundo que Luis Fernando Camacho ya no es líder de Santa Cruz, ni tendrá patrón que quiera hacer lo que le venga en gana con el pueblo cruceño, que tiene casi cuatro millones de collas aymaras y quechuas que trabajan día y noche por el progreso de ese departamento.
De esa suerte, resulta evidente que Santa Cruz está más dividida que nunca por las mentiras, los intereses personales y de grupo, el racismo, la discriminación, el odio y la confrontación, practicados por los títeres de la agrupación política CREEMOS, división que dio lugar a una crisis de liderazgo político difícil de superar y que permite decir: SANTA CRUZ SIN LÍDER POLÍTICO NI PATRÓN; máxime si los nuevos políticos que anunciaron sus candidaturas para las elecciones generales de 2025 recién están ingresando a la arena política y no pasan de ser aspirantes a líderes.