Narra la fábula que un zorro ante la imposibilidad de alcanzar unas uvas se dio por vencido y comenzó a decir que aquel racimo estaba verde, que le faltaba madurar y que comerlo le haría daño.
Las fábulas a través de sus moralejas pretenden dejar enseñanzas a los seres humanos y son creadas a partir de la observación de nuestras actitudes en diferentes situaciones de la vida. Por ejemplo, recuerde a Carlos Mesa extendiendo la mano e invitando a ocupar la silla presidencial al que en ese entonces era un dirigente sindical para que le demuestre que esas uvas sí podían ser alcanzadas, Mesa terminó marchándose al olvido como aquel zorro de la fábula, quedó como un político fracasado cuando vio que Bolivia sí tenía cómo ser soberana y digna habiendo alcanzado el racimo de uvas.
Cuenta una leyenda que cuando Cristóbal Colón volvió de uno de sus viajes del nuevo continente, en una cena entre nobles, estos rezongaban en la mesa señalando que, si no hubiera sido Colón, otro marinero cualquiera habría llegado a América. La leyenda dice que Colón al oír estos comentarios retó a los presentes a poner en pie un huevo sin que se caiga. Nadie pudo hacerlo, cuando le pidieron a Colón que lo haga, él golpeó el huevo suavemente en la mesa y achatándose se mantuvo firme sobre la mesa. Entonces les dijo: cuando se sabe cómo hacer algo, cualquiera puede hacerlo. La nacionalización de los hidrocarburos sí era posible, no como argüía Mesa, y se la hizo en el gobierno del MAS, desde entonces nunca tuvimos que extender la mano para pagar sueldos de los maestros o del personal de salud. Muchos años después, como aquellos nobles de la leyenda, los políticos de oposición critican que se habrían despilfarrado los recursos que tuvimos por la bonanza económica, sin admitir que solo pudimos disfrutar de esa bonanza porque nacionalizamos los hidrocarburos y porque se tomó la decisión en aquel momento.
Así como ellos, antiguos políticos reaparecen con nuevas siglas, anuncian candidaturas presidenciales para los comicios de 2025. No existen propuestas, planes o mínimamente ideas diferentes para nuestro país. Sus discursos se resumen en ser nuevas opciones antimasistas, cada uno se hace dueño de la posibilidad aglutinadora para vencer al MAS en 2025. Es decir, no le ofrecen nada al pueblo boliviano, se sujetan del MAS para existir.
Las opciones antimasistas ya las conocimos en las subnacionales de 2021 y los resultados los padecemos hoy; por ejemplo, el pasado 16 de julio el alcalde de la ciudad paceña no entregó obras a sus conciudadanos, generando un susurro colectivo lleno de arrepentimientos. El haber votado por Arias por la convicción antimasista ha condenado al centro político a un retraso en su desarrollo, por al menos un quinquenio.
La oposición simplemente ofrece a los bolivianos abstractos inciertos condicionados a un nuevo Acuerdo Patriótico como en la década de los 90, cuando el país arreciaba en pobreza y la carroñera casta política solo pensaba en conservar los privilegios de pocos. El MAS ya desarrolla el plan de industrialización encabezado por Lucho, es el siguiente paso de la nacionalización, ya le brinda al país un norte, un futuro y un éxito.
