Las mentiras cínicas de los golpistas fascistas divulgadas por los medios de comunicación a su alcance, con la finalidad de desinformar, engañar y atemorizar al pueblo, incendiando edificios públicos,
vehículos, atentando contra la integridad física de policías y periodistas que informan la verdad de los delitos cometidos desde el golpe de Estado de 2019 y durante el gobierno de facto de Jeanine Añez no han cesado, al contrario, desde el 28/XII/2022, en que fue aprehendido y posteriormente detenido preventivamente el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, publicitaron la mentira de que dicho gobernador había sido secuestrado, y por ello volvieron a quemar instituciones públicas, entre ellas el edificio de la Fiscalía Departamental de Santa Cruz, vehículos, intentando tomar la Policía Departamental de Santa Cruz varias veces e hiriendo a policías.
Al respecto, el Diccionario de la Lengua Española (RAE) dice: “Mentira. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o piensa”, “Secuestrar. Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines” concordando con los Diccionarios Jurídicos, y el Art. 334 del Código Penal que tipifica el delito de secuestro dice: “El que secuestrare a una persona con el fin de obtener rescate u otra indebida ventaja o concesión para sí o para otros como precio de la libertad de la víctima, será sancionado con la pena de cinco (5) a quince (15) años de presidio. Si como consecuencia del hecho resultaren graves daños físicos en la víctima o el culpable consiguiere su propósito, la pena será de quince (15) a treinta (30) años de presidio. Si resultare la muerte de la víctima, se aplicará la pena correspondiente al asesinato”.
Analizando tenemos: 1. Hasta hoy día no se ha demostrado qué personas lo secuestraron, por qué ni para qué, ¿para perjudicar a sus ascendientes, descendientes, cónyuge, o sus empresas? 2. Tampoco se demostró ni se dijo cuál era la finalidad del secuestro, ¿empresarial, ajuste de cuentas, o económica? 3. No se demostró ni se dijo a quién o quiénes pagaron el precio de la libertad del secuestrado en dólares americanos o moneda nacional. 4. No se demostró qué comunicaciones telefónicas hubo y hay entre los secuestradores y familiares o amigos del secuestrado, ni se dijo mediante qué números telefónicos se comunicaban. 5. No se dijo cómo ni en qué momento se fijó el precio de la libertad del secuestrado. 6. Tampoco se demostró ni se dijo quién o quiénes lo rescataron del lugar del secuestro. Nada de ello se ha demostrado ni dicho; porque el supuesto secuestrado está feliz con muchos privilegios y su cónyuge en Chonchocoro, gobernando y trabajando por Santa Cruz, con su mandamiento de detención preventiva librado por el Juez por imperio del Art. 129. 3) del Código de Procedimiento Penal (CPP).
La aprehensión y detención preventiva del supuesto secuestrado es legal porque se cumplió con los Arts. 224, 226, 129. 2) y 3), 227, 233, 234, 235, 235 ter, y 236 del CPP, por ser autor de varios delitos conforme al Art. 20 del Código Penal; es decir no hubo secuestro, detención ilegal, ni abuso de las autoridades policiales, resultando así inútil insistir en la mentira del secuestro; pero aún hay alaridos mentirosos que no resisten el menor debate, por ello los mentirosos siempre consideran enemigos a los que dicen la verdad.
Por esa realidad hasta hoy día no hay ningún juicio por el supuesto secuestro ante ningún juzgado ni tribunal; y el “secuestrado” sigue gobernando Santa Cruz desde su cárcel de Chonchocoro, firmando documentos, promulgando la “Ley de Ausencia Temporal”, y apoyando los actos desestabilizadores de COMCIPO, cometiendo delitos creyéndose EL TODOPODEROSO; salvo que tenga planificado fugar por las condenas próximas. Y, surge la pregunta: ¿puede un secuestrado tener privilegios en su cárcel, gobernar y trabajar?
Concluyendo, el secuestro que nos ocupa es una vil mentira y una payasada ridícula, que busca la impunidad del supuesto secuestrado para dar un nuevo golpe de Estado, y los golpistas vuelvan a gobernar teniendo el poder y sentirse gloriosos; al respecto se puede leer “EL PODER Y LA GLORIA” de David Yallop, que refiere las relaciones entre el Vaticano y la dictadura de Pinochet.