Políticos conocidos que participaron como autores intelectuales, autores materiales, cómplices, encubridores, o apoyando al golpe de Estado de 2019 y gobierno de facto de Jeanine Añez, surgen liderando grupos políticos interesantes para las elecciones generales de 2025, como son: Búnker Tercera República, Conade, Albus, Unión por la Libertad, Junta Democrática, Frente Amplio, Camba Federal y otros, pregonando la defensa de la libertad, la democracia, la nación boliviana, el federalismo y la autonomía de los pueblos, contra el Estado Plurinacional y la corrupción, para derrotar la dictadura —dicen—, invocando la unidad; pero sin ningún proyecto ni programa de gobierno, solo con el afán de derrotar sea como sea al MAS-IPSP en dichas elecciones.
Tal surgimiento y sus pregones son interesantes, porque se ve que se dieron cuenta de que la oposición fascista actual solo se ocupa de interpelar sin son ni ton, denunciando delitos no cometidos y hechos de corrupción sin pruebas de ninguna clase, con la finalidad de dañar la imagen del Órgano Ejecutivo con fines desestabilizadores; pero muchos de los políticos que fracasaron están liderando tales grupos políticos, lo que permite ver un fracaso, sin necesidad de consultar a politólogos ni pitonisos, quienes seguramente dirían “La suerte está echada”.
Sobre pregonar la defensa de la libertad, cabe precisar que dichos políticos son tan libres como cuando nacieron, pero usan su libertad hasta para cometer delitos, masacres, asesinatos, incendios, paros de 36 días en Santa Cruz con saldo de $us 1.400.000 de daño económico al Estado y otros —probados por el informe del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI-BOLIVIA)—; consiguientemente, no es necesario luchar por la libertad, a no ser que se quiera dejar libres e impunes a los detenidos legalmente que el pueblo los conoce.
Decir que hay que recuperar la democracia —como señalan— es una gran mentira, porque vivimos en plena democracia, prueba de ello surgen dichos grupos políticos con el afán de participar en las elecciones de 2025; lo cual muestra que no saben qué es democracia ni qué es dictadura; y surgen las preguntas: ¿Qué democracia quieren recuperar si la recuperamos en las elecciones de 2020? ¿Quieren recuperar la dictadura de Jeanine Añez? Esas incoherencias muestran que el fracaso de esos grupos políticos no tiene salvación, porque el pueblo sabe que los golpistas no son útiles para Bolivia y son dignos de temer.
Además, para cambiar de Estado Plurinacional de Bolivia a República de Bolivia —como lo pregonan—, que afecta a sus bases fundamentales, es necesario reformar la Constitución Política del Estado (CPE) mediante Asamblea Constituyente activada a través de referéndum, conforme manda el Art. 411 de la misma CPE. Consiguientemente, pregonar dicho cambio equivale a una promesa rayana en una mentira difícil de cumplir; saber que hay políticos que no leen la Constitución y prometen mentiras para engañar y confundir al pueblo, no es un acto político sino politiquero, peor si hablan en nombre del pueblo boliviano, porque al hablar así cometen el delito de ATRIBUIRSE LOS DERECHOS DEL PUEBLO tipificado y sancionado en el Art. 124 del Código Penal.
La unidad invocada y pregonada constantemente muestra que tienen una actitud perdedora y de derrota desde ahora hasta el día de las elecciones, de lo contrario no insistirían en unirse a como dé lugar para ganar al MAS-IPSP. Al respecto, cabe señalar que Bolivia está unida política y democráticamente desde las elecciones generales de 2005 hasta el presente, por eso los bolivianos y bolivianas seguimos viviendo en democracia, aplicando las leyes a los golpistas y delincuentes de 2019 que por intereses personales no quieren unirse —lamentablemente—.
Concluyendo, todo hace ver que dichos políticos no están de acuerdo que Bolivia sea gobernada por los “indios” de poncho e “indias” de pollera en el Órgano Ejecutivo, Órgano Legislativo, gobiernos departamentales y alcaldías. No quieren que el litio y todo lo que produce Bolivia se industrialice para beneficio de los bolivianos, rechazan la Marcha al Norte de La Paz y el progreso de Bolivia; por poco no culpan al gobierno del MAS-IPSP por mantener el dólar en Bs 7 y que Bolivia tenga una economía estable con la inflación más baja de la región; todo por su apetito de tomar el poder como sea, creyendo que su soberbia es grandeza y no hinchazón.
