Una reciente investigación revela que en algunos pacientes se observaron patrones de ondas cerebrales asociados al pensamiento consciente incluso una hora después de que su corazón se detuviera.
La Paz, 15 de octubre de 2023 (AEP). – Desde tiempos ancestrales, la humanidad ha buscado respuestas a la pregunta de lo que sucede cuando el latido de nuestro corazón cesa y la actividad eléctrica de nuestro cerebro se reduce a la nada. Sin embargo, esta interrogante es un enigma intratable, dado que aquellos que han cruzado el umbral de la muerte no pueden compartir sus vivencias con nosotros. A pesar de esta dificultad, los científicos no se han rendido y persisten en desentrañar el enigma de la transición de la vida a la muerte en el ámbito cerebral.
En esta ocasión, un equipo de expertos en cuidados intensivos y médicos especializados, dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, se ha propuesto examinar los recuerdos y experiencias de pacientes que han sido sometidos a reanimación cardiopulmonar (RCP) en hospitales de Estados Unidos y el Reino Unido.
Pacientes reanimados
Según los resultados de su estudio, que busca ampliar investigaciones previas mediante una muestra más extensa y un enfoque modificado, algunos pacientes que fueron reanimados mediante RCP conservaban recuerdos vívidos de lo que ellos describen como una experiencia cercana a la muerte. Sorprendentemente, estos recuerdos persistían incluso una hora después de que sus corazones hubieran dejado de latir, y sus cerebros mostraban patrones de actividad relacionados con el pensamiento y la memoria mientras se encontraban en un estado inconsciente.
Los investigadores han interpretado estas señales cerebrales como indicadores de “experiencias lúcidas y recordadas de la muerte”, un fenómeno que, según el autor principal del estudio, Sam Parnia, profesor asociado de Medicina en NYU Langone Health, nunca antes se había documentado de manera tan concluyente. Además, han propuesto una explicación coherente para este fenómeno, según afirmó Parnia.
Experiencias
De acuerdo con el comunicado de prensa de NYU Langone, a pesar de los esfuerzos médicos, menos del 10% de los 567 pacientes estudiados que recibieron RCP en el hospital lograron recuperarse lo suficiente como para ser dados de alta. Sin embargo, un sorprendente 40% de los sobrevivientes informaron haber experimentado algún nivel de conciencia durante la RCP, un detalle que no había sido captado por los métodos convencionales de monitoreo.
El estudio, publicado en la edición electrónica de la revista Resuscitation, reveló así que casi el 40% de estos pacientes mostraba una actividad cerebral que regresaba a la normalidad, o casi, incluso una hora después de haber sido reanimados. Esto se evidenciaba a través de electroencefalogramas (EEG) que registraban picos en diferentes tipos de ondas cerebrales, asociadas con una mayor actividad mental.
“Aunque los médicos han creído durante mucho tiempo que el cerebro sufre daños permanentes unos 10 minutos después de que el corazón deje de suministrarle oxígeno, nuestro trabajo ha descubierto que el cerebro puede mostrar signos de recuperación eléctrica mucho después de la reanimación cardiopulmonar”, afirma Parnia.
“Este es el primer estudio a gran escala que demuestra que estos recuerdos y cambios en las ondas cerebrales pueden ser signos de elementos universales y compartidos de las llamadas experiencias cercanas a la muerte”, agregó.
“Nuevas dimensiones”
Según se lee en el comunicado, los investigadores, que sostienen que estas vivencias de la muerte son distintas de las alucinaciones, delirios, ilusiones, sueños o conciencia inducida por la RCP, plantean la hipótesis de que cuando el cerebro agoniza, suprime sus mecanismos inhibidores naturales, lo que abre la puerta a “nuevas dimensiones de la realidad”, incluida la evocación lúcida de recuerdos desde la primera infancia hasta la muerte, analizados desde una perspectiva moral.
A pesar de que el propósito evolutivo de este fenómeno sigue siendo un enigma, el estudio arroja luz sobre una faceta poco comprendida, pero fascinante de la conciencia humana que se manifiesta en el momento de la muerte.
Y aunque aún no es definitivo, el hecho de que el cerebro siga procesando señales ambientales, recuerdos y emociones durante la RCP podría proporcionarnos valiosas pistas sobre cómo nuestro sistema nervioso prioriza las funciones cognitivas y cómo afronta la amenaza de un apagón total.