Reclusos recostados en el piso de los patios de la cárcel de Turi formaron filas bajo la custodia de los efectivos armados que ingresaron al centro carcelario.
Las Fuerzas Armadas de Ecuador mantenían ayer desplegadas sus unidades en varias cárceles del país, con el objetivo de alcanzar el control total de las prisiones ocupadas desde hace una semana por grupos de reos.
Estas operaciones se mantenían luego de que la víspera ya se había anunciado la liberación de todos los guardias y empleados administrativos penitenciarios (más de 150) tomados como rehenes por los reclusos.
Cuenca bajo intervención
Un fuerte contingente de soldados y policías se concentró ayer en el Centro de Privación de Libertad Número 1 Azuay, conocido también como Cárcel de Turi, en la ciudad de Cuenca, en el sur andino de Ecuador, para intervenir y recuperar el control de sus instalaciones.
Los equipos tácticos de la operación conjunta entre la Policía, militares y agentes penitenciarios arrancaron temprano y sucedieron luego de que en la noche se anunciara que habían sido liberados todos los rehenes en esa prisión.
Carros de combate, vallas metálicas y decenas de efectivos participaron en esa intervención, que alcanzó el sometimiento de los reos.
Muchos de los reclusos recostados en el piso de los patios de la cárcel de Turi formaron filas bajo la custodia de los uniformados armados que ingresaron al centro carcelario.
A diferencia de días pasados, ya no se registró la presencia de prisioneros en los techos de la cárcel ni tampoco se escucharon detonaciones y disparos, como los que los vecinos de ese recinto alertaron durante la madrugada.
Esa operación se repitió también en otras de las siete cárceles del país que tomaron bajo su poder reclusos a inicios de semana y que formó parte de unas jornadas caóticas a escala nacional, pues la violencia en las prisiones también saltó a las calles.
Detonación de explosivos, incineración de automóviles, secuestros, asesinatos, robos, asaltos y hasta la irrupción de un grupo violento y armado a un canal de televisión en Guayaquil marcaron una semana violenta en Ecuador que, de a poco, parece superar esta crisis.