El cineasta italiano Wálter Uliano Pisteli, productor del documental, consideró un honor el estreno de su largometraje en Cuba y Bolivia.
El Café Semilla Juvenil presentará hoy el documental Che Guevara en el siglo XXI, en conmemoración de los 95 años del natalicio del revolucionario. La actividad se iniciará a las 19.00. La videoteca Barba Roja será la encargada de la proyección.
El cineasta italiano Wálter Uliano Pisteli, productor del documental, consideró un honor el estreno de su largometraje en Cuba y Bolivia.
“El documental se titula Che Guevara en el Siglo XXI y está compuesto por dos largometrajes de 80 minutos cada uno, el primero bajo el título de Hijos de la Revolución y el segundo con el de Ser revolucionario”, afirmó en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
Descendiente de un partisano que luchó contra el fascismo de Mussolini en la Segunda Guerra Mundial, el realizador destacó que la primera parte se estrenó ayer en Cuba en la sala Charles Chaplin. Hoy, a las 17.00, hora local, en la misma pantalla, la segunda parte.
“El desarrollo del filme en la primera parte tiene un punto de vista más relacionado con el aspecto humano, familiar, en base a entrevistas a los hijos de los guerrilleros que murieron en Bolivia luchando junto al Che”, explicó Pisteli.
Comentó que ellos vivieron y crecieron sin la presencia de la figura paterna, factor que puede significar un trauma sobre el que reflexionan con mucha ternura y humanismo, porque por una parte estaban sin un padre y por otra cada uno es descendiente de un héroe. Subrayó que los testimoniantes explican que para un niño es difícil entender que un padre lo dejó todo para ayudar a otras personas, sin embargo las madres asumieron un rol fundamental y recompusieron ese conflicto interior.
“Esta primera parte se complementa con el punto de vista de sobrevivientes como Harry Villegas (Pombo) y Leonardo Tamayo (Urbano) —agregó el director—, así como los diarios de los guerrilleros”.
Según el ingeniero electrónico, posteriormente egresado de Cine en 2003 y profesor de edición en Bolonia, el final de la película es una indagación de qué significa ser revolucionario en el sentido ético y actual desde una perspectiva guevarista.