Este es un homenaje a una destacada pionera entre las historiadoras bolivianas de renombre. Su legado historiográfico y su incansable compromiso con la preservación del patrimonio documental son ampliamente reconocidos hasta hoy.
El 13 de junio falleció la historiadora María Clara López Beltrán, exponente de la primera generación de historiadoras formadas en la carrera de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), con descollante trayectoria como profesora internacional. Fue investigadora acuciosa, con sólida producción historiográfica y editora de autores italianos que escribieron sobre Bolivia. Destaca su faceta de archivista, generalmente ignorada. Fue colega y amiga, franca y solidaria, con divergencias ideológicas, pero con coincidencias en el interés común de preservar los archivos bolivianos. Fue desvinculada de la docencia en un pasaje oscuro de la carrera de Historia. Escribo estas notas como homenaje a su fructífera trayectoria.
Nació en La Paz, el 15 de diciembre de 1951, donde falleció. Fue educada en el Catholic English College de La Paz y egresó como historiadora en la carrera de Historia, donde tuvo como mentores a Eduardo Arze Quiroga y Alberto Crespo Rodas (UMSA). Pasó al doctorado en Investigación (Dottorato di Ricerca) de la Universidad de Turín (Italia), con los profesores Marcelo Carmagnani, Norberto Bobbio (padre de la Politología), Umberto Eco y Giovani Levi (iniciador de la Microhistoria), pasó al doctorado de la Universidad de Columbia (EEUU), bajo la tutoría de Herbert S. Klein y la tutela de Nicolás Sanchez Albornoz. Tuvo destacada labor docente de pregrado en la UMSA y posgrado en las universidades de Turín (Italia), Industrial de Santander (Colombia), Católica de Chile, La Rábida (España), Columbia y Vassar College (Nueva York), Smith College (Massachusetts).
Fue investigadora asistente en el Instituto de Investigaciones Sociales y el Instituto de Investigaciones Históricas (1977), directora del Instituto Nacional de Historia y Literatura, y asesora-coordinadora del Repositorio Nacional (Instituto Boliviano de Cultura). Trabajó como investigadora en el Programa de América Latina de la Fondazione Luigi Einaudi (Turín, Italia), investigadora invitada del Instituto Superior de Investigaciones Científicas (Madrid), pasó al Instituto de Estudios Avanzados del Museo Nacional de Etnología de Osaka (Japón) y al Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Bologna (Italia).
Trayectoria historiográfica
Participó con ponencias en innumerables congresos nacionales e internacionales, entre ellos los de la Latin American Studies Association, Asociación de Historiadores Latinoamericanistas de Europa y España (AHILA), Congreso Internacional de Americanistas, Reunión Anual de Etnología (Bolivia), Congreso Internacional de Etnohistoria. Perteneció como miembro de número a la Academia Boliviana de la Historia; Sociedad Boliviana de la Historia, Latin American Studies Association, Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos, American Historical Association, Instituto Panamericano de Geografía e Historia (OEA), Association for Latin American Art, Federación Internacional de Estudios de América Latina, Latin American Jewish Studies Association y Bolivian Studies Association. Fue presidenta de la Academia Boliviana de Ciencias Genealógicas y Heráldicas. Su obra está dispersa en artículos publicados en revistas nacionales y extranjeras, y colaboraciones en libros de edición internacional. Esa labor se expresa en los libros Estructura económica de una sociedad colonial. Charcas en el siglo XVII (1988), Biografía de Bolivia. Un estudio de su historia (1993), Alianzas familiares. Élite, género y negocios en La Paz. Siglo XVII (1998). Fue editora, con Akira Saito, de Usos del documento y cambios sociales en la historia de Bolivia (2005).
El bibliógrafo boliviano René Sejas ha listado su producción intelectual registrada en su biblioteca: El trabajo indígena en la “Nueva Crónica” de Guamán Poma: de obligatorio de forzado (s.d.), La buena vecindad: las mujeres de élite en la sociedad colonial del siglo XVII (s.d.), Envejecimiento y migración en una comunidad andina: Livitaca en 1689 (s.d.), Alianzas familiares: élite, género y negocios en La Paz, s. XVII (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1998), La mina gasta muchos indios: mineros y campesinos del siglo XVII en las minas de Potosí. Estructura económica de una sociedad colonial: Charcas en el siglo XVII (La Paz: CERES Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social, 1988), Parentesco y poder entre las mujeres en la sociedad colonial andina, en Potthast, Barbara: Mujeres y naciones en América Latina (2001), Fragmentos de la patria: doce estudios sobre la historia de Bolivia. Crespo R., Alberto. (La Paz: Plural, 2010), Alianzas familiares: élite, género y negocios en La Paz, Charcas, siglo XVII (La Paz: Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, 2012), La ruta de la plata: de Potosí al Pacífico. Caminos, comercio y caravanas en los siglos XVI y XIX (La Paz, Plural Editores, 2016).
Como editora, nos ha legado dos obras de autoras italianas de importancia singular. A carretón y canoa. La obra del naturalista Luigi Balzan en Bolivia y Paraguay (1885-1893). (Lima: Inst. Francés de Estudios Andinos, 2008), y Hubiera sacudido las montañas: Georgina Levi en Bolivia, 1939-1946, de Filippa, Marcella (La Paz: CIMA, 2005). Su último trabajo, una transcripción de un informe del virrey Francisco de Toledo a las minas de Potosí (un hallazgo sensacional de Carmen Beatriz Loza en el Archivo de La Paz), publicado por la Gobernación de Potosí, quedó sin presentar hasta hoy.
Trayectoria archivística
En su trayectoria archivística inventarió el Archivo de la Catedral de Santa Cruz de la Sierra. Fue pionera en la organización técnica de los archivos del BCB, como encargada del Archivo Histórico del Banco Central de Bolivia (1988-1989). Participó en la evaluación de los Archivos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos como representante del Instituto Boliviano de Cultura (1988), habiendo constatado la incineración de 12 camionadas de papeles de la Standard Oil de Bolivia (1938-1939). Revisó las instalaciones del Archivo Central en la calle Reyes Ortiz, Depósitos de El Alto y el Archivo de la Planta de Entre Ríos.
En sus recomendaciones mencionó la necesidad de reorganizar el Archivo Administrativo, crear el Archivo Histórico de Conservación Permanente y centralizar los fondos documentales. Realizó el curso de ayudante de documentación en la Escuela Nacional de Documentalistas de Madrid (1972). Participó en el Curso de Archivos y Documentos Públicos, organizado por Gunnar Mendoza y Alberto Crespo (1976). Estudió los fondos de los Archivos de la Casa Nacional de Moneda (Potosí), Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (Sucre), Archivo de La Paz, Archivo General de Indias (Sevilla) y en los Archivos Generales de la Nación de México, Argentina y Perú.
Sus aportes archivísticos se expresan en Riquezas incautadas a los rebeldes (Crespo, Alberto. Comp. Aportes documentales. La Paz, 1975); Archivo de la Catedral de Santa Cruz (índice provisional), con F. Cajías (La Paz, Instituto Boliviano de Cultura, 1977; Tb. en Arze Aguirre, René: Fuentes para la historia de la iglesia en Bolivia (Una guía preliminar), La Paz, Ceprolai, 1985: 103-128); ¡Una excelente noticia! El catálogo de expedientes coloniales del Archivo de La Paz (Boletín del Archivo de La Paz, 1999, 18: 16-15); Lo que se escribe y lo que se entiende: el lenguaje escrito en la sociedad colonial de Charcas (hoy Bolivia) (López, Clara (Ed.): Usos del documento y cambios sociales en la historia de Bolivia. Osaka, National Museum of Ethnology, 2005: 9-26); Las advertencias de Don Gunnar Mendoza sobre los documentos, los archivos y la historia, en Fuentes, 8 (33):67- 69, 2014.
* Luis Oporto Ordóñez es historiador, archivista, magíster scientiarum en Historias Andinas y Amazónicas, docente titular de la carrera de Historia en la UMSA y presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB).