Ganar es lo más exultante, llegar a la meta es cumplir un desafío y abandonar una carrera es el fracaso que impulsa y motiva a seguir adelante, así lo siente el campeón paceño, Alberto Enrique Castrillo Limpias.
El automovilismo es un deporte que representa emoción, adrenalina y riesgos, no admite renuncias ni dudas y quienes lo practican sienten la felicidad con solamente subir a un coche que imprime altas velocidad y que, a lo largo de la vida, se convierte en un fiel e inseparable compañero.
Ganar es lo más exultante, llegar a la meta es cumplir un desafío y abandonar una carrera es el fracaso que impulsa y motiva a seguir adelante, así lo siente el campeón paceño de automovilismo 2024 en la modalidad circuito de la categoría RC2N-D, Alberto Enrique Castrillo Limpias, de 27 años, de profesión ingeniero comercial y deportista que practica básquetbol, voleibol y wally. Es su segundo título departamental.
Más allá de ganar competencias, trofeos y premios, en su palmarés está pendiente igualar o superar al multicampeón departamental y nacional Rolando Castrillo, quien es su mentor, guía y lleva ganadas muchísimas carreras. El reto es difícil, pero no imposible.
—Alberto, ¿cómo y cuándo nació tu pasión por el automovilismo?
—Mi pasión por este deporte tan hermoso como es el automovilismo fue gracias a mi padre. Cuando tenía cinco años recuerdo que mi padre me tenía en sus faldas, me decía que agarre el volante, me ayudó bastante en el manejo y todo ha sido muy bonito, una linda experiencia que la recordaré toda mi vida.
—¿Cuáles han sido los consejos que has recibido?
—Mi padre es un referente paceño y nacional, porque es múltiple campeón y eso nos da la motivación a siempre ser los mejores. Los consejos de mi papá que han sido determinantes en la incursión en el automovilismo son la perseverancia y tener la cabeza fría para tomar decisiones. En el ámbito laboral es alguien muy apasionado por su trabajo y un refrán que siempre tengo en la mente es: no dejes lo que puedes hacer hoy para mañana, eso es algo muy esencial para mí, porque me forma como persona y eso te guía a no dejarse ganar con el tiempo. En el deporte es una excelente persona, es todo un caballero mi padre, y desde pequeños, al igual que a mi hermano Mauricio, nos ha inculcado practicar deporte, ya sea en el automovilismo, voleibol, wally, básquetbol, lo que es un aliciente para seguir adelante hasta la edad que él tiene y sigue compitiendo con paso de campeón. Es algo increíble.
—¿Qué te llamó la atención del automovilismo?
—Lo que me llamó bastante la atención es cómo se va creciendo poco a poco, cómo se van modificando los autos, antes se corría de una manera, hoy hace mucho la hoja de ruta. Otro hecho que es importante es que están apareciendo pilotos jóvenes, con autos más modernos en los que se aplica mucho la tecnología.
Un aspecto que no me voy a olvidar es que comenzamos siendo parte del equipo de auxilio de mi padre, es ahí donde aprendes muchas cosas que son esenciales en el automovilismo, después pasamos a ser sus copilotos, es ahí donde se siente la emoción y lo que es la adrenalina.
—¿Alguna vez has tenido la privación de tu mamá?
—Al principio hubo la voz de mi madre que nos pedía que primero salgamos profesionales, que es lo más importante en y para la vida, después se sumó mi padre, quien nos pidió lo mismo para después poder correr en el automovilismo como pilotos. Gracias a Dios se nos dio la oportunidad de salir profesionales y mantener en alto el apellido Castrillo.
—¿En cuál competencia debutaste?
—Como piloto debuté en Pucarani en 2019, en la prueba que cerró el calendario de la temporada. En esa ocasión mucha gente estaba pendiente del apellido Castrillo, para ver si tenía la pasta de campeón, de salir primero, y es lo que queríamos, lo logramos y fue una motivación para seguir adelante.
Comenzamos un poco nerviosos, pero con la ayuda de mi padre, quien era mi copiloto, hemos salido adelante y victoriosos. Fue mi primer triunfo, además que corrí frente a un rival de mucha experiencia y de buen manejo. Hoy tenemos un auto preparado para correr en pista.
—¿Alguna vez has sufrido algún accidente serio?
—Gracias a Dios no tuve un accidente serio, pero de una que nos salvamos con mi padre cuando fui su copiloto. En una competencia nacional que se corrió en Achocalla, en la fase de clasificación, estábamos en una recta de unos 100 metros y alcanzando al coche que estaba delante nuestro y justo al doblar a mano derecha, que era una curva un poquito cerrada, se nos rompió el muñón de dirección y si eso pasaba en la recta tal vez mi padre o yo no la estaríamos contando.
—¿El hecho no te asustó y pensaste en abandonar las carreras?
—No, porque se aprende mucho, uno siempre tiene que estar pendiente y receloso del auto, tener cuidado, aunque sí debo admitir que nos dio un poco de miedo, pero poco a poco nos hemos ido soltando, comenzamos a volver a correr fuerte junto a mi padre y es algo que no nos va a alejar de lo que más nos gusta.
—¿Qué sientes cuando estás al mando de un coche?
—Al principio sentí nervios, hay competencias en las que estoy un poquito más nervioso y en otras más suelto, más tranquilo, pero eso parte de la preparación de un día antes de una carrera, que es cuando debes estar sereno, descansar, distraerte un poco. Para no estar nervioso, trato de dormir temprano, distraerme con un juego de mesa para despejar mi mente y estar cien puntos para la competencia.
—¿Qué significa para vos ser campeón paceño por anticipado?
—Es mi segundo título gracias a Dios. Es algo que nos llena de mucha emoción y nos motiva a seguir adelante. Cerrar el año siendo campeones es algo emotivo para mí y mi familia. Significa mucho por cómo lo he logrado, frente a pilotos de buen manejo y experiencia que nos han dado pelea en todas las competencias de mi categoría. Ganamos porque hicimos una buena estrategia y entramos más fuerte en las curvas. El primero lo festejé en 2021.
—¿Está en tus planes correr a escala nacional?
—Estamos en eso y queremos seguir el camino de un referente paceño, que llegó muy alto como es mi padre Rolando Castrillo. Le vamos molestando a él para que nos enseñe los trucos, mañas que siempre lo han llevado a los primeros lugares.
Si Dios y la Virgencita nos permite, al año pensamos correr la competencia nacional circuito Bolivia, en Cochabamba, como el Team Castrillo, junto a mi padre, Rolando, y mi hermano Mauricio, con el objetivo de llevar en alto el apellido Castrillo.
—¿Alguna vez pensaste correr en la modalidad rally?
—Por el momento está en análisis, estamos viendo ganar un poco más de experiencia en la modalidad circuito y en un par de años animarnos a participar en las pruebas de rally, que es totalmente diferente a circuito.
—Dentro de tu agenda ¿sabes hasta cuando vas a competir y si está en tus planes correr en el exterior?
—No está todavía en planes un final, tampoco estamos pensando en eso. Dios y la Virgencita quieran que participemos igual que mi padre por más de 40 años, aunque la misión en cuanto a ganar competencia y premios es difícil porque él tiene varios títulos departamentales y nacionales. Su palmarés es incomparable y envidiable.
Quisiéramos representar al país en una prueba internacional, para aprender y ganar más experiencia, por lo que no está descartada la posibilidad.
—¿Qué desea para esta Navidad?
—Quisiera que tengamos paz, tranquilidad, alegría en esta Navidad, pasar en familia, a veces siento que se está volviendo más materialista, algo que no debería ocurrir, porque la Navidad es un motivo de reencuentro con Dios y la familia, abrazar a tus seres queridos, algo que nos llena de mucha emoción y alegría, además de desearnos un comienzo de año 2025 espectacular.
La Paz/AEP
