En este deben estar todos los actores directos e indirectos, para soñar con resultados positivos.
Para el dirigente Alejandro Mansilla, el deporte boliviano necesita con urgencia un plan y metodologías, a mediano y largo plazo, en los que tienen que estar involucrados todos los actores directos e indirectos, para soñar con resultados positivos.
Mansilla, una persona dedicada a la dirigencia ocupando cargos importantes en el Comité Olímpico Boliviano, Federación Boliviana de Taekwondo, Unión Panamericana de Taekwondo (UPT), presidió el Comité Jurídico de la UPT, es 6to. Dan, árbitro internacional y entrenador de la disciplina, sabe y conoce las altas y bajas del deporte nacional, por lo que hace las siguientes reflexiones para cambiar el mal momento.
—Alejandro, ¿cómo analiza la participación de Bolivia en los Juegos Olímpicos 2024?
—Desde el Comité Olímpico Boliviano y las autoridades del Gobierno nacional debería existir una coordinación en cuanto a un plan de trabajo que se tiene que desarrollar, porque no vamos a dudar ni negar que para obtener una medalla cualquiera sea esta, olímpica, mundial, panamericana o sudamericana, se tiene que hacer una inversión y esa inversión indudablemente parte de un hecho elemental de un plan de caza de talentos, en todos los deportes, en nuestro país son federados, pero también son parte del programa olímpico de los Juegos de Verano y de los Juegos de Invierno que el Comité Olímpico Internacional, a través de eso que es la masificación en el deporte y que también se considera recreación nacen los nuevos talentos, que son necesarios para que se haga un plan en segunda etapa, que en este caso vendría a ser la búsqueda de una capacitación que tiene que ser complementaria con entrenadores, porque muchas veces nos referimos equivocadamente al hablar solo del atleta, dejando de lado el otro componente que es muy importante como es el entrenador, además de un equipo multidisciplinario. Luego vendría la segunda etapa con atletas cazados por su talento.
Otro aspecto que hay que tomar en cuenta y en el que no se trabaja es la cuestión etaria. Por ejemplo, una gimnasta a los 16 y 17 años ya tiene vasta experiencia y difícilmente pasada esa edad, salvo excepciones, puede obtener medallas mundiales u olímpicas. En el caso del taekwondo, un deportista de 15 o 17 años está comenzando su carrera y hay que trabajarlo.
Otro componente importante al que le echamos muchas veces la culpa o al sistema deportivo es no tener un Centro de Alto Rendimiento (CAR) que tenga las mínimas condiciones.
A todo lo que mencioné, un detalle sumamente importante es que existan metodólogos que lleven adelante un plan, trabajen cuatro años, que es lo que dura un ciclo olímpico, viendo el tema etario de cara a los Juegos Bolivarianos, Sudamericanos, Panamericanos. Olímpicos y Mundiales, de las diferentes categorías.
Los Bolivarianos no son parte del ciclo olímpico y los Panamericanos son la antesala de los Juegos Olímpicos que en 2028 se desarrollarán en Los Ángeles.
Entonces, el equipo de metodólogos tiene que preparar a los atletas bajo un plan, viendo las diferentes características. Por ejemplo, hay que ver el somatotipo, porque si vamos a pretender competir de igual a igual en básquetbol va a ser difícil, porque otros países tienen jugadores de buena estatura con relación a los nuestros, sin entrar en la discriminación. Pero en el caso del atletismo, en las carreras de fondo, vamos con cierta ventaja porque entrenar en la altura da mayor oxigenación por los glóbulos rojos, cosa que no ocurre con los deportistas que se entrenan a nivel del mar.
La parte económica es también determinante porque un deportista a cuantos más torneos internacionales asista tiene más posibilidades de clasificar a una competencia de magnitud, porque hay un ranking mundial y para asistir se necesitan recursos.
Por ejemplo, los que hayan participado en los Grand Prix o en todos los Prix a nivel mundial en diversos deportes van rankeados y van clasificados directamente y esa es una gran cosa para un deportista en el caso de nuestro país.
Todo se tiene que hacer en un trabajo de equipo, no solamente de los dirigentes, el Gobierno o el Comité Olímpico, tienen que involucrarse entrenadores, atletas, incluidos los padres de familia. Muchas veces el padre de familia o la familia prefiere que el atleta que puede ser un gran talento, de alto rendimiento, se dedique a estudiar y no al deporte; y, finalmente, otro elemento preponderante es el patriotismo, defender al país con orgullo y compromiso.
—¿Por qué muchas veces los atletas se enfocan en el apoyo económico?
—Es que no existe un plan y lo voy a explicar. En Argentina, la selección de mayores de taekwondo tenía un presupuesto hasta el año pasado de un millón cien mil dólares solamente para la preparación del equipo nacional argentino para participar en eventos anuales. El Centro de Alto Rendimiento, que está ubicado en Buenos Aires, alberga a todos los atletas, con alojamiento, alimentación, vestimenta y una beca de estudios, si está en ciclo escolar o universidad, es pagado por el Estado argentino para que el atleta haga toda esa labor y se dedique cien por ciento al entrenamiento, además de emolumento económico para el atleta.
En nuestro país se trata de ver el éxito al final, si ver el principio que es trabajar bajo un plan sostenido y el Gobierno da un incentivo por medalla y el atleta va pensando en los 20.000 bolivianos y no en toda la trayectoria que debería tener si es que hubiera un plan, por eso es casi imposible pensar en ganar una medalla de oro en Juegos Bolivarianos, Sudamericanos, Panamericanos y soñar muy alto para hacerlo en un juego olímpico.
Diversos países invierten para que sus atletas ganen un oro olímpico, mínimamente entre 5 a 10 millones de dólares en todo el ciclo olímpico, que es de cuatro años, en un solo atleta.
Eso es lo que cuesta la preparación de un deportista de alto rendimiento y no estamos hablando de cuánto va a recibir, un concepto que lo veo mal dicho porque si bien el esfuerzo es individual, pero detrás hay un equipo que trabaja y también merece un premio.
En los Juegos de París ya han participado tres de cuatro atletas, quienes al final de la competencia deberían ya iniciar un ciclo olímpico de preparación para que puedan llegar por mejores resultados en los Juegos 2028.
Para que el deporte tenga recursos en 2014 planteé crear o modificar la Ley del Deporte 804, porque el Estado no tiene de dónde financiar y tampoco puede sacar del erario del Tesoro General de la Nación, pero hay otro elemento que es fundamental y así funcionan los grandes países europeos, mediante programas de responsabilidad social de las empresas, que en vez de pagar sus impuestos esos montos vayan al deporte y tiene que ser una ley regulada, algo que antes había, cuando se pagaba el impuesto a la cerveza y al tabaco.
Por qué ahora no existe esa cuestión, es porque no hay una visión de futuro y no hay un trabajo de equipo para hacer una planificación, en la que tendría que estar insertadas las metodologías, que son necesarias.
En la Federación Boliviana de Taekwondo trabajamos con un plan. En los Juegos Bolivarianos en Sucre fue la disciplina más laureada porque sacó 10 medallas, una de oro, dos de plata y varias de bronce y eso fue gracias a una planificación. Le dijimos al Comité Olímpico cuál iba a ser la proyección del taekwondo y lo cumplimos porque estamos trabajando metodologías en casi todo el país y un jefe de metodologías, por una decisión del directorio que preside nuestra presidente Ana Hernández Quevedo.
—¿Los programas de apoyo como los Tunkas, Prodecom, Solidaridad Olímpica y Panamericana no cumplen?
—No son suficientes. El Comité Olímpico Internacional mediante Solidaridad Olímpica y Solidaridad Panamericana reparte la ayuda económica entre los 209 Comité Olímpicos que son parte del sistema olímpico. Antes se repartían algo como 5.000 millones de dólares. El Comité Olímpico Boliviano recibió aproximadamente 100 mil dólares hace un par de años.
Un detalle que se debe tomar en cuenta es que los programas de apoyo se los hace al revés de la pirámide, porque no se da la ayuda desde el principio, desde la base, sino que el atleta que recibe está motivado a obtener una medalla, cuando lo justo y urgente es apoyar a los nuevos talentos.
Es una inversión al revés, porque hay que trabajar desde la masificación, recreación, caza talentos y, de ahí, el alto rendimiento, ese esfuerzo va a ser mucho más productivo para el deporte boliviano. Si comenzamos a trabajar con un atleta de 12 años para adelante en los Juegos Olímpicos 2032 tendrá 18 años y llegará con mayor potencia y en mejores condiciones.
El plan tiene que estar preparado para tener resultados a mediano y largo plazo.
—El sábado 10, corre nuestra principal carta de triunfo, Héctor Garibay
—Yo abrigo las esperanzas de que Garibay nos vaya a dar una alegría los bolivianos. En sus últimas actuaciones ha tenido relevancia internacional, pero no ha competido en pruebas donde estuvieron los atletas africanos, los reyes de la prueba máxima. Si llega entre los 10 a 12 va a ser una gran hazaña. Si llega al podio va a ser una algo más que eso.