El atleta, acompañado por su entrenadora, Nemia Coca, fue reconocido por la hazaña y la gran representación que cumplió en nombre de Bolivia.
La Paz, 01 de septiembre de 2023 (AEP).- En medio de gran algarabía, el pueblo de Oruro recibió con vítores y aplausos a su hijo predilecto, el fondista Héctor Garibay, quien hizo historia en el Maratón Ciudad de México al imponer una nueva marca.
El atleta, acompañado por su entrenadora, Nemia Coca, fue reconocido por la hazaña y la gran representación que cumplió en nombre de Bolivia.
Al son de los acordes de la tradicional danza boliviana de la diablada, interpretada por una banda de música, Garibay fue levantado en hombros por los orureños para que haga su paso triunfal por las calles y avenidas de la capital del folklore.
Niños
Las niñas y los niños dejaron las aulas para recibir a Héctor, con sus voces de campanilla trataron de llegar a él, de saludarlo y abrazarlo por su gran actuación en la competencia internacional.
La sencillez de Héctor se siente con solo estar un instante a su lado. En todo el recorrido y en los actos protocolares, frente a las autoridades de Oruro, no se sacó su gorra que le acompañó en los 42,195 kilómetros en Ciudad de México, dio la vuelta la visera y continuó, mientras su cuello cargó la medalla de la victoria, guirnaldas y los billetes que le prendieron con ganchos, en un gesto de apoyo.
El deportista llegó a la plaza principal de Oruro, donde todos querían tomarse una selfie, tuvo que subirse en una camioneta para continuar la caravana hasta llegar a la gobernación, donde recibió más reconocimientos de entidades privadas y públicas, becas de institutos, zapatillas deportivas, como un justo reconocimiento a su gran labor fuera del país.
Amor por sus hijos
Héctor es padre de familia, cuando compite lleva en su corazón el amor por sus hijos, aunque no lo expresó en ningún momento, pero estaba ansioso por llegar a su casa, descargar un abrazo sobre su familia.
