La escasez del producto debido a factores climáticos hizo que la llajua perdiera su color en muchos restaurantes, mientras el Gobierno reforzó medidas para mitigar el fenómeno.
En junio de este año la llajua perdió su color en muchos restaurantes y hogares, se tornó algo más verde de lo normal y es que el tono rojo que le otorga el tomate mermó en esa época debido al histórico incremento de precios que sufrió. Las autoridades advirtieron de que la escasez del producto se debe a factores climáticos y emplearon varias medidas para mitigar este fenómeno y garantizar el producto para las familias bolivianas.
Durante esas semanas, el incremento del precio del tomate se apoderó de los principales titulares en la prensa nacional. El producto faltó en algunos centros de abasto y en otros solo se encontraba en tonos verdes, aún sin madurar.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), en la ciudad de La Paz, durante abril, el precio del tomate era de Bs 8,03 el kilo, mientras que en junio este indicador se disparó a Bs 12,47.
Lo mismo ocurrió en la ciudad de Santa Cruz, en abril este producto tenía un precio de Bs 9,00 el kilo, mientras que en junio se incrementó a Bs 15,00.
En Cochabamba, durante abril, el kilo de tomate se podía encontrar a Bs 7,44 y a junio el precio de este producto subió a Bs 14,06.
Para el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, la escasez de este producto se debe principalmente a fenómenos naturales.
“En primera instancia estamos arrastrando los efectos de la sequía de finales del año pasado y de principios de este año, que ha producido el retraso del calendario agrícola en aproximadamente un par de meses”, precisó el ministro.
Explicó que este retraso en el calendario agrícola ocasionó que la cosecha, en vez de ser en marzo, se produzca en mayo, dos meses más tarde, y llegó justo en temporada de helada, lo que hizo que se dañe la producción.
Estas aseveraciones de Cusicanqui cobran sentido con las manifestaciones de la Cámara Agropecuaria de Tarija (CAT), instancia que afirma que la producción de tomate se redujo en 60% en zonas agrícolas por el factor climatológico.
De acuerdo con el Ministerio de Planificación, el gobierno del presidente Luis Arce ejecutó un plan integral para garantizar el abastecimiento y la estabilidad en los precios de los alimentos, entre ellos la producción de tomate.
Según Planificación, la primera parte del plan incluye el fomento a la producción.
En este ámbito, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) cuenta con al menos diez programas para fomentar la producción de la ganadería, las hortalizas, piña, banano, tubérculos y raíces, apicultura, algodones, pesca y acuicultura, granos andinos, y agricultura urbana y periurbana.
Otra parte del plan estatal incluyó impulsar ferias barriales de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa).
Como parte de esta estrategia, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural impulsó las ferias Del Campo a la Olla, en las que los productores comercializan directamente sus productos en beneficio de los consumidores.
Otro eje del plan estatal integral estuvo relacionado con los controles de precio y peso en los centros de abasto.
La Paz/AEP