La empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó con la empresa china Hong Kong CBC en Potosí, junto con el viceministro de Energías Alternativas, Álvaro Arnez, y el presidente de YLB, Omar Alarcón.
Los contratos para industrializar el litio no están escritos en piedra y tampoco son válidos en tanto no los ratifique el Legislativo, lo que será socializado, junto a otros datos, en mesas técnicas, como continuidad del trabajo iniciado este jueves en Potosí, informó el viceministro de Exploración y Explotación de Hidrocarburos, Raúl Mayta.
La postura la expresó al final de la socialización del contrato de industrialización del litio que la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó con la empresa china Hong Kong CBC en Potosí, junto con el viceministro de Energías Alternativas, Álvaro Arnez, y el presidente de YLB, Omar Alarcón.
“Hemos tenido consultas respecto a la validez de los contratos y hemos explicado que en tanto y en cuanto estos contratos no sean aprobados por la Asamblea, conforme corresponde y establece la Constitución, estos contratos no son válidos. También hemos aclarado que no están escritos en piedra, por lo tanto, se va a convocar a mesas técnicas, vamos a participar y continuar ampliamente socializando esto”, afirmó Mayta en conferencia de prensa horas después del cierre abrupto de la socialización con la población potosina por la irrupción de grupos vinculados al Comité Cívico Potosinista (Comcipo).
Mayta destacó los beneficios del contrato firmado con la empresa china para la implementación de dos plantas de producción de carbonato de litio grado batería, con tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) y capacidades de 10.000 y 25.000 toneladas anuales, y una inversión de $us 1.030 millones.
Recordó que este proceso empezó el primer año de gobierno del presidente Luis Arce y se emitieron dos convocatorias, de las que calificaron CBC y luego la rusa Uranium One Group, con la que también se firmó un contrato para montar una industria y producir 14.000 toneladas de carbonato de litio al año en el salar de Uyuni, utilizando tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL), con una inversión superior a los $us 970 millones.
Entre los beneficios del acuerdo con CBC, el viceministro mencionó la transferencia de tecnologías que se aplicará en el salar, pero, además, la contratación de personal boliviano para montar la industria en un porcentaje del 85%, que serán capacitados en China.
Sobre el impacto ambiental del proyecto, explicó que está previsto en el contrato y que será trabajado en las etapas posteriores a la aprobación en el Legislativo.
“Les hemos explicado que estamos en una etapa de prefactibilidad de estudios previos y que esos estudios van a ir, una vez que tengamos el contrato a ser afinados, a ser reforzados y se tiene que obtener una licencia ambiental”, aseguró y apuntó que ese proceso incluirá una consulta pública, como manda la Constitución.
En cuanto a las aseveraciones de que el país tendrá que pagar a la empresa china un interés del 12% por la inversión en las dos plantas, Mayta señaló que eso es falso y que no está consignado en ninguna parte del contrato que fue leído en la socialización efectuada en el Teatro IV Centenario de la ciudad de Potosí.
Por su parte, Alarcón advirtió que de no visibilizarse los contratos por el litio el proceso de industrialización podría postergarse por unos 10 años, porque las tratativas con las compañías y el hallazgo de la tecnología requerida toma su tiempo.
“Cuando negamos este tipo de contratos estamos negando un desarrollo de todos los bolivianos, estamos negando la esperanza que tenemos los bolivianos que estamos en el borde de poder industrializar nuestro litio, estamos en el borde de poder generar conocimiento, de generar tecnología, de generar posicionamiento de Bolivia a nivel mundial con la producción de litio”, afirmó.
Exteriorizó sus sospechas sobre intereses internos y externos que no quieren que Bolivia aproveche el litio, porque ingresaría al mercado mundial con mucha más fuerza.
“Seguramente hay algunos actores fuera de Bolivia y también dentro que no quieren que desarrollemos nuestro litio, ¿por qué? Porque va a empezar a competir nuestro litio con los países que actualmente están produciendo. Entonces, nosotros no podemos como bolivianos apoyar esa consigna, apoyar una consigna de negación a un desarrollo del contrato”, alertó.
De lograr el aval de la Asamblea Legislativa, se dará paso a los estudios a diseño final de factibilidad de las industrias, donde se tramitará las licencias ambientales y se consultará aún más a la población.
Alarcón lamentó que este proceso de industrialización del litio sea llevado a “un libreto muy político, a un libreto que está desgastando la imagen de Bolivia y la oportunidad de los bolivianos, nos está quitando la esperanza de poder desarrollar nuestro litio”.
ABI