Adela Zamudio, nacida en Cochabamba el 11 de octubre de 1854, fue una de las figuras literarias y sociales más influyentes de Bolivia. Hija de Adolfo Zamudio y Modesta Rivero, ambos vinculados a la minería en Corocoro.
Mostró desde temprana edad un interés excepcional por las letras. Aunque su educación formal terminó en el tercer grado de primaria, continuó su formación de manera autodidacta, absorbiendo conocimientos.
A los quince años, publicó su primer poema, Dos rosas, firmado con el pseudónimo de ‘Soledad’. En 1887, editó su primer libro Ensayos poéticos, que tuvo buena acogida por la crítica.
Paralelamente a su carrera literaria, Zamudio desarrolló una notable trayectoria docente. Trabajó como profesora en la misma escuela donde se había educado y, en 1905, asumió la dirección de la Escuela Fiscal de Señoritas de Cochabamba.
Como intelectual comprometida no solo dejó huella en las aulas y la poesía, sino también en la prensa. Escribió artículos para El Heraldo de Cochabamba, donde expuso su Ley de Divorcios.
Entre sus obras más destacadas figuran los poemarios Íntimas, Peregrinando y Ráfagas (Nacer hombre).
Su legado no se limitó a las letras. En vida fue reconocido como la máxima exponente de la cultura boliviana, un honor que le fue conferido el 28 de mayo de 1926.
Años más tarde, el 11 de octubre, fecha de su nacimiento, fue proclamado por la presidenta Lydia Gueiler Tejada, como el Día de la Mujer Boliviana.
Adela Zamudio falleció el 2 de junio de 1928 en su ciudad natal, Cochabamba. Sin embargo, su legado sigue vigente. En su honor, la municipalidad de Cochabamba instituyó el Premio de Cuento Adela Zamudio.
Además su influencia ha trascendido fronteras. El Parlamento Andino la incluye en su publicación Grandes personajes: 106 destacadas mujeres de los Andes.
La Paz/AEP