Aliaga aseguró que no existen plazos perentorios para aprobar la ley de adhesión, pero debe ser una prioridad. Tampoco compete un referéndum.
La Paz, 21 de abril de 2024 (AEP). – Gustavo Aliaga, excanciller de Bolivia y diputado de CC, conversó con Ahora El Pueblo y explicó los alcances del proyecto de Ley de Ratificación del Protocolo de Adhesión al Mercosur. Aseveró que el ingreso debe ser tomado por los legisladores como una política de Estado, sin importar los colores partidarios, porque el bloque es importante para el país.
Bolivia está a punto de materializar uno de los sueños anhelados de hace tres décadas: ingresar plenamente al Mercado Común del Sur (Mercosur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. El bloque es considerado como la quinta economía del mundo y políticamente “le hace bien a la imagen del país”, aseguró Aliaga.
En una conversación con este medio, el excanciller y miembro de la Comisión de Política Exterior hizo énfasis en que los legisladores deben considerar el ingreso de Bolivia al bloque como “política de Estado, sin importar los colores partidarios”, porque además es uno de los pilares fundamentales de la política exterior y de la Constitución Política del Estado (CPE).
Firma del protocolo de adhesión de Bolivia al Mercosur por el Primer Mandatario de Brasil en la Cumbre de Presidentes.
Expuso que si bien no tiene plazos perentorios, es imprescindible darle prioridad en la Asamblea. Tampoco es necesario realizar un referéndum vinculante, porque no compete.
El 14 de marzo, la Comisión de Política Exterior de Diputados aprobó por unanimidad el proyecto de Ley 225/2023-2024 Ratificación de Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur. Pasó por el pleno de la Cámara Alta, pero su tratamiento fue postergado hasta nuevo aviso.
Aliaga espera que esta semana se trate la norma porque es importante que Bolivia muestre interés en ser parte del bloque y salga del “estancamiento” producto de los proyectos 073 y 075.
—Bolivia está a un paso de ser miembro pleno del Mercosur, pero el proceso de integración fue largo. ¿Qué gestiones en política exterior asumidas por Bolivia en el último tiempo para lograr la aprobación del protocolo de adhesión por parte de Brasil puede destacar?
—La intención de adhesión de Bolivia al Mercosur no es reciente. Inicialmente, permítame hacer una recapitulación. En 1991 se creó el Mercosur e inmediatamente en 1992 lo que hizo Bolivia, en lo que se refiere a su diplomacia y a su proyección geográfica, es trabajar para su integración como miembro del Mercosur.
Lamentablemente jugaron los tiempos en contra y había el problema con la Comunidad Andina de Naciones (CAN). En ese tiempo no entendíamos todavía cómo un país, que tenía un proceso de integración en marcha desde 1962 con la CAN, iba a coincidir con el ingreso al Mercosur.
No se había inventado en ese momento la palabra “convergencia”. Fueron los años posteriores que pudimos entender la posibilidad geográfica de Bolivia, que debió ser la matriz del diseño de la política exterior para no mirar a un solo lado. Ahora la tenemos, pero aún falta.
GOBIERNO DEL MAS-IPSP
Lo que hemos visto en este último tiempo es que el gobierno del MAS, con Evo Morales en su momento y ahora con el presidente Luis Arce, impulsó el ingreso definitivo al Mercosur.
En 2012, Bolivia entendió la importancia de ser parte de ese bloque, de lo contrario nos quedábamos rezagados. Ahora, la relación que existe con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha ayudado mucho a este proceso, porque él empuja para que ingresemos al Mercosur.
En esta etapa hay fechas importantes: 2015 y diciembre de 2023.
En medio de estas fechas suceden problemas, primero el expresidente de Paraguay Fernando Lugo sale del Gobierno; cuando ya estábamos cerca de ingresar, llega Jair Bolsonaro (expresidente de Brasil) y considera que no es importante que Bolivia sea parte del bloque.
Es el presidente Luis Arce quien nuevamente solicita que se movilice, porque además todos los países habían firmado y solo faltaba Brasil.
El 7 de diciembre de 2023 llega la buena noticia en la Cumbre de Presidentes del Mercosur, en la ciudad de Río de Janeiro, y Lula aprueba el protocolo de adhesión.
Los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Bolivia, Luis Arce. Foto: ARCHIVO
Luego de la cumbre retorna el presidente Arce a Bolivia y entrega inmediatamente a la Asamblea Legislativa el documento de ratificación del protocolo para que el Congreso actúe rápido y concretice la ratificación.
En su nota dice “Procédase a aprobar” y es desde entonces que estamos trabajando en ello.
—El proyecto de ratificación del protocolo de adhesión fue aprobado en marzo en la Comisión de Política Exterior, en la que usted está, y ahora en el pleno de la Cámara de Diputados a la espera de ser tratada. Incluso se hablaron de plazos perentorios. ¿Hay tiempos perentorios?
—No existen plazos perentorios, aunque deberían existir para darle prioridad. Pero sí, lastimosamente en la Asamblea estamos en un estancamiento diabólico, en una situación política por los proyectos 073 y 075, que cesan a los actuales magistrados. Ahí más de 35 proyectos están estancados, entre ellos el del Mercosur. La falta de trabajo no es por flojera ni mucho menos.
La Comisión de Política Exterior entregó el informe de 26 páginas al pleno y estamos a disposición de la Asamblea.
Ya debería ser aprobado, pero esperemos que la próxima semana podamos sesionar, vi en la lista el tema Mercosur.
Además, su aprobación inmediata mostraría que Bolivia tiene una actitud positiva y muestra interés total de ingresar al bloque.
Ahora no sé qué tan inteligente es estar entrampados o seguir discutiendo el tema judicial o las elecciones primarias. Entonces, estamos llegando a un punto casi muerto.
—¿La aprobación del protocolo debe ser de interés nacional?
—Evidentemente. Esto no tiene nada que ver con la política partidaria. Esto es política de Estado, porque está en la CPE y es parte de los pilares de Bolivia en su política exterior.
No tiene nada que ver ni con el MAS, ni Creemos ni con nadie. El ingreso de Bolivia al Mercosur se negocia hace 30 años, y el presidente Arce hizo las gestiones. Entonces, ¿por qué demorar tanto en aprobarla?
Ahí creo que nadie puede oponerse, ni el mismo MAS, que ha sido el principal impulsor en este último tiempo, y creo que ni nosotros.
—¿Qué pasos vienen luego de que se sancione la ley?
—Se viene el proceso que dice el protocolo de adhesión en los artículos 12 y 16: aprobar inmediatamente el diseño de trabajo AG e integrar un grupo para que en seis meses se pueda crear un cronograma.
Este grupo AG y el cronograma van a delinear los cuatro años que dispone el Mercosur para trabajar en las normas, que se llaman “acervo”.
Entonces, posiblemente tengamos hasta fines de 2028 totalmente terminado el acuerdo.
Pero, dentro de estos pasos, el más difícil será los cuatro años. En este tiempo, el nuevo o futuro gobierno de Bolivia es el que va a terminar el acuerdo y ver con los empresarios qué productos ingresan, ver los mercados; esta para mí es la fase más delicada.
Ojo, también que hay que ver de no cometer errores, como Venezuela, que tardó más en ingresar que en salir.
Ahora, si alguien pregunta si era el momento de ingresar, yo diría que no existe el momento propicio. Ahora estamos en un contexto internacional difícil. Argentina está pasando por una crisis económica, Brasil tiene problemas internos; es decir, todos los países tienen problemas, incluido el nuestro, pero lo importante es la imagen política para Bolivia con el Mercosur.
—En ese sentido, ¿por qué es importante la imagen política para Bolivia con el Mercosur?
—El Mercosur es la quinta economía del mundo, es un aspecto importante. Lo otro, que es más político, tiene que ver con dos acuerdos pegados a los requisitos para ser miembro pleno: el Tratado de Asunción sobre Derechos Humanos y el de Ushuaia de 1998, que es el respeto a las instituciones democráticas, y eso para el Mercosur es un tema delicado.
Y ahí radica la imagen política para el país con el Mercosur.
Ahora, otro aspecto es que en este nuevo contexto externo el Mercosur busca dar un giro adecuándose a los tiempos.
—Se habló de un posible referendo vinculante. ¿Qué hay de cierto en eso?
—No es necesario y tampoco compete. Voy a explicarlo para que me entiendan mejor. Bolivia es el único país en el planeta que en su Constitución planta 40 artículos sobre la política exterior.
Y dentro de estas disposiciones están los tratados internacionales que deben ser sometidos a referéndum. Pero no es necesario en el caso del acuerdo con el Mercosur.
Voy a explicar por qué. El artículo 257 de la CPE establece que los tratados internacionales ratificados que forman parte del ordenamiento jurídico interno con rango de ley requerirán de aprobación mediante referendo popular vinculante antes de la ratificación de los tratados internacionales, ojo, siempre y cuando impliquen cuestiones limítrofes.
Con el acuerdo de ratificación del protocolo de adhesión, Bolivia no está cediendo tierra, ahí no estamos cediendo cuestiones limítrofes por tanto, no compete.
El artículo 257 también establece un referendo en caso de integración monetaria. El acuerdo que Bolivia va a firmar no contempla la unión monetaria, como pasa con la Unión Europea, cuyos miembros tienen una moneda en común. En el Mercosur, cada uno funciona con su moneda y con su propia economía. Entonces no es necesaria una consulta.
El 257 habla además de un referendo en caso de una integración económica estructural. Una integración económica estructural es lo que ha hecho Francia, Italia y España, que incorporaron una sola bandera y moneda. En el Mercosur no nos piden eso como requisito.
En este mismo artículo se indica “en caso de excepción de competencia institucional”, que tampoco cumple; por tanto, no es necesario aplicar el artículo 257 de la CPE.
Ahora, alguien dirá “¿y el artículo 259 de la Constitución, que dice que cualquier tratado será llevado a un referendo cuando así lo solicite el 5% de ciudadanos del padrón electoral?” Esto es insensato, un 5% representa algo más de 300 mil personas, porque se ingresaría en una complejidad, por lo que tampoco compete.
También dice que se aprobará con el 35% de los representantes de la Asamblea Legislativa. El 35% es un tercio y más entre senadores y diputados. Esto podría ser muy fácil, porque no creo que nadie se niegue a aprobar el ingreso al Mercosur.