Los datos revelan no solo una falta de entusiasmo por las opciones existentes, sino también una posible fractura en el vínculo entre la política y la sociedad.
La tercera encuesta nacional de intención de voto, realizada por Ipsos Ciesmori y difundida ayer por Unitel, muestra un escenario electoral marcado por el estancamiento de los principales candidatos y un creciente desencanto ciudadano.
Según los datos, Samuel Doria Medina (alianza Unidad) encabeza la preferencia electoral con un 21,5%, seguido de Jorge Tuto Quiroga (alianza Libre) con un 19,6%. Sin embargo, el dato más revelador no está en los punteros, sino en los márgenes: el 35% de los encuestados declaró que votará en blanco (8,1%), nulo (13,6%) o aún no ha decidido su voto (12,4%).
La consulta fue realizada entre el 25 y el 27 de julio de 2025 y cuenta con un margen de error de ±2,2%.
En el tercer lugar figura Manfred Reyes Villa (APB-Súmate) con el 8,3%, mientras que Andrónico Rodríguez (Alianza Popular), considerado inicialmente una de las figuras emergentes del espacio nacional-popular, cae al cuarto puesto con 6,1%.
Le siguen Rodrigo Paz (PDC) con 4,3%, Eduardo Del Castillo (MAS) con 2,1%, Jhonny Fernández (Fuerza del Pueblo) con 1,8%, Eva Copa (Morena) con 0,4% y Pavel Aracena (ADN) con 0,3%.
Frente a este panorama, los analistas políticos Marcelo Silva y Hugo Moldiz coincidieron en entrevista con No mentirás de RTP que los resultados reflejan una creciente desconexión entre la ciudadanía y la oferta electoral, lo que podría desembocar en una crisis más profunda de legitimidad política y de representación.
En tanto, para el viceministro de Coordinación Gubernamental, Gustavo Torrico, los resultados de las encuestas con bajo porcentaje para el MAS y Rodríguez, ya lo había advertido.
“Cuando salga el resultado en las urnas, donde el MAS obtendrá un mejor resultado de lo que refleja las encuestas (la oposición) saldrá a decir fraude”, advirtió. “Quieren curarse en salud”, ironizó.
ESTANCADOS
Para Marcelo Silva, lo más relevante de la encuesta no es el liderazgo de Doria Medina y Quiroga —al que calificó como “estancado”— sino el avance de los votos no definidos.
“Samuel y Tuto no deberían estar felices, porque el porcentaje que tienen sigue siendo muy bajo en relación al interés, el empeño, los costos y el esfuerzo de campaña invertido”, señaló.
A su juicio, el dato más inquietante es que más de un tercio del electorado no se identifica con ninguna candidatura.
“Si en algún momento blancos, nulos e indecisos optaran por una opción concreta, pueden cambiar radicalmente los resultados electorales”, advirtió.
CRISIS
Más allá del comportamiento electoral, Hugo Moldiz advirtió que los resultados de la encuesta podrían ser el síntoma de un problema estructural.
“Hay una crisis de crecimiento en los dos principales candidatos que lideran la intención de voto. Tuto y Samuel parecen haber llegado a su techo”, afirmó.
El analista subrayó también el retroceso del bloque nacional-popular, representado por Andrónico Rodríguez, lo cual considera un indicio de agotamiento de ese campo político.
“Esa fotografía de la intención de voto me lleva a una preocupación mayor: estamos por presenciar, quizás con mayor rigor, una crisis del sistema político y de representación en Bolivia”, expresó Moldiz.
Además, alertó sobre los riesgos de una gobernabilidad precaria en un contexto de dificultades económicas.
“Estamos en el preludio de una crisis general y una crisis general va a llevar a un gobierno no solo sin mayoría en la Asamblea Legislativa, sino sin capacidad de sostenerse en las calles”, sostuvo.
Con relación al alto porcentaje de voto blanco, nulo e indeciso, Moldiz advirtió que este vacío no debe ser interpretado como respaldo oculto a alguna figura, en alusión a Evo Morales.
“Esto de los votos blancos, nulos e indecisos no es para que se alegre Evo Morales, que está tratando de atribuirse a él ese porcentaje”, aclaró.
AEP