La Sociedad de Ingenieros de Bolivia lamenta que la politización coyuntural obstaculice la industrialización del litio con las empresas de China y Rusia.
La Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB) lamentó que algunos dirigentes cívicos y políticos de oposición actúen como el “perro del hortelano: que no come ni deja comer”, al rechazar los contratos de litio con las empresas de China y Rusia. Advirtió de que su negativa ahuyentará la inversión en Bolivia y postergará su desarrollo.
“Con esta coyuntura se aumenta el riesgo país y se quita credibilidad a la ahora de invertir. En estos momentos los inversores chinos pueden poner una equis a Bolivia, pese a que tenga las mayores reservas de litio, porque si no hay condiciones para invertir, las empresas se desaniman”, alertó Alberto Gutiérrez, director de la SIB, ante el rechazo de dirigentes cívicos de Potosí y políticos de oposición contra los contratos de litio con la empresa china Hong Kong CBC y la rusa Uranium One Group.
Dichos contratos fueron suscritos el año pasado por el Gobierno nacional y remitidos a la Asamblea Legislativa para su aprobación.
Actualmente, el tratamiento de estos dos proyectos está paralizado en la Cámara de Diputados en tanto siga la socialización de los mismos con los sectores del país, en especial de Potosí, donde el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) impulsa el rechazo contra los contratos para la extracción directa de litio con la alta tecnología de EDL.
Gutiérrez, en el programa Dialogando con el pueblo, de las RPO, lamentó que los sectores que se oponen a estos proyectos actúen como el “perro del hortelano: que no come ni deja comer”, ya que, a consecuencia de ello, se perdería una gran oportunidad de desarrollo para los bolivianos.
“Bolivia es pobre, sentada en una silla de oro. Hay gente que está sin trabajo y nosotros teniendo una materia prima valiosa actuamos como el hortelano: no comemos ni dejamos comer”, cuestionó.
Destaca los contratos
La Sociedad de Ingenieros de Bolivia afirmó que los contratos para la industrialización de litio son altamente favorables para Bolivia. Por ejemplo, en estos acuerdos, el Estado actúa como socio, se contratará y capacitará a personal boliviano para que trabaje en las plantas que se emplazarán en el salar de Uyuni, Potosí. A esto se suma la inversión de $us 1.030 millones con la empresa china CBC, además de un impacto social positivo “impresionante”, entre otros, aseveró Gutiérrez.
Para la SIB es importante dejar el tema político en estos dos proyectos, por ser subjetivo, sin bases reales y solo puede perjudicar al país. En cambio, propone acudir a lo técnico y comprobable, por eso se entablaron mesas técnicas para explicar a la sociedad los alcances de estos dos contratos para la industrialización del litio.
“No comprendemos que ante la actual situación, en lo político se hable de conjeturas”, reprochó.
También exhortó a la Asamblea Legislativa a dejar de “perder el tiempo” y aprobar la Ley del Litio, para amparar ambos contratos.
AEP