Morales puso en duda el golpe de Estado perpetrado el miércoles 26.
El expresidente Evo Morales terminó sumándose al relato del general golpista Juan José Zúñiga y de la derecha fascista de un autogolpe con ironía y hablando de un “golpe sin muertos”, cuando los hechos demuestran una asonada con movimiento de tropas fuertemente armado e intento de toma del poder planificado, aseguró la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
“No se equivoque con la historia y el pueblo al unirse hoy al discurso y a las declaraciones de un golpista y a la derecha fascista que una vez más, como en su momento señaló que hubo fraude (y no golpe en 2019), pretende distorsionar la historia. No se sume a ser un títere, marioneta y un instrumento del imperialismo que pretende saquear en nuestro país”, cuestionó.
Morales puso en duda el golpe de Estado perpetrado el miércoles 26, cuando el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga desplazó en la plaza Murillo, centro del poder político, un contingente de militares fuertemente armado y tanquetas blindadas con ametralladoras. No solo eso, sino que en un momento ironizó cuando habló de un golpe “sin muertos”.
La oposición política también es parte de esta narrativa. “Es una irresponsabilidad mayúscula con la historia, nuestro pueblo y democracia, decir, riendo, que porque no hubo muertos no fue un golpe”, cuestionó y añadió: “Posiblemente lo que a usted le duele (Morales) por el ego que lo tiene cegado, es que es incapaz, justamente, de reconocer y valorar una sola acción de nuestro presidente Arce, de nuestro gobierno, de las organizaciones sociales y del pueblo movilizado (frente al golpe)”.
Justamente Arce hizo frente al accionar militar cuando fue a encarar al general Zúñiga en la puerta de ingreso al viejo Palacio de Gobierno, para que desmovilice a los militares. La puerta fue forzada con una tanqueta, para que Zúñiga y el resto de mandos y tropa ingresen hasta la Casa Grande del Pueblo, donde estaba el presidente y su gabinete.
Cientos de personas llegaron hasta los alrededores de la plaza Murillo para defender la democracia. En medio de esa respuesta espontánea de la gente el presidente nombró al nuevo Alto Mando de las Fuerzas Armadas, con lo que terminó de sofocar la intentona golpista. Poco después se detuvo a los principales involucrados.
Prada le recordó a Morales que, a diferencia de la protesta civil que enfrentó en 2019, el miércoles 26 el gobierno encaró un desplazamiento de militares con una previa planificación que incluía la participación de grupos de élite y la toma del poder.
“Lo que condeno aún más es que desde personas como Evo Morales, que se dicen ser de izquierda, exista vacilamiento ideológico en torno a lo que son golpes de Estado y golpes de Estado fallidos en nuestro país”, cuestionó y recordó que la comunidad internacional condenó el intento interrupción del orden establecido.
Además de Zúñiga están detenidas otras 21 personas, entre militares activas y pasivos, y civiles. Entre ellos está el excomandante de la Fuerza Aérea Boliviana Marcelo Zegarra, quien reveló en una declaración fiscal que Zúñiga aseguró que contaba con el apoyo de la “Embajada Americana, Embajada de Libia y de la Comunidad Europea”.
Para Prada, no es novedad que el imperialismo esté detrás de los recursos naturales de Bolivia y recordó una declaración del Comando Sur sobre su interés en los recursos naturales como el litio y su rechazo a la presencia de Rusia y China en esta región.
“Esto, sin lugar a dudas, debe ser un elemento a considerarse dentro de los afanes de desestabilización, de convulsión y de acortamiento de mandato que lo venimos denunciando desde hace bastante tiempo por responsabilidad con nuestro país, pueblo, democracia e historia de Bolivia”, afirmó.
La Paz/ABI
