El hecho de sangre, que aún está en investigación, ocurrió en la puerta del domicilio de la víctima de 36 años. Fue acribillado a balazos el miércoles.
La vagoneta utilizada por los sicarios que asesinaron al capitán de policía José Carlos Aldunate Meneses fue encontrada ayer en un domicilio abandonado en el barrio Cordecruz, en Santa Cruz de la Sierra.
“Continuamos realizando las labores investigativas. En este punto hemos encontrado el vehículo y vamos a continuar con las investigaciones”, informó el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), coronel Wálter Sosa, en contacto con los medios.
Cordón de seguridad
Se desplegó un fuerte cordón de seguridad en la zona donde se encontró el vehículo. Durante la requisa descubrieron el cargador de un arma de fuego calibre 9 milímetros y parte de las balas que portaban los sicarios.
Acribillado
El hecho de sangre, que aún se investiga, ocurrió en la puerta del domicilio de la víctima de 36 años. Fue acribillado el miércoles cuando salía de su domicilio, ubicado entre el cuarto y el quinto anillo de la Avenida Alemana.
El motorizado de la víctima fue interceptado por la vagoneta Susuki en la que iban los sicarios, quienes descendieron e inmediatamente dispararon contra Aldunate y el vehículo.
El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, identificó a los sicarios como los hermanos Erick y Osvaldo Hurtado, conocidos como los ‘Hermanos Hurtado’, quienes estaban presos. No obstante, uno de los acusados negó su participación a través de un video publicado en redes sociales.
La Red DTV informó que ambos sicarios huyeron en una aeronave rumbo a una zona fronteriza con Brasil, una hora después del violento ataque.
En el marco de estas investigaciones, se intervino un hangar del aeropuerto de El Trompillo, en Santa Cruz, de donde presuntamente partieron los delincuentes con identidades falsas. Tres personas fueron arrestadas.
Jhonny Aguilera
Sobre los hermanos Hurtado, el viceministro Aguilera informó que estos estaban presos, sin embargo lograron su libertad y decidieron terminar con la vida del efectivo policial por un presunto encargo.
Descartó que el crimen fuera motivado por un ajuste de cuentas, porque —apuntó— Aldunate no tenía ninguna relación con delincuentes. Advirtió que el crimen no quedará en la impunidad.
Aldunate murió por el impacto de siete disparos, según reveló la autopsia de ley. Los restos mortales del uniformado fueron velados ayer.
AEP
