La fase preparativa comenzó en marzo, indicó Del Castillo en una extensa conferencia de prensa en el Comando de la Policía Boliviana.
El general Juan José Zúñiga puso en marcha un plan de adoctrinamiento militar para la toma del poder el miércoles 26 de junio, según reveló ayer el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, quien dio más detalles sobre el fallido golpe de Estado.
A una semana de aquel hecho que marcó la historia del país, Del Castillo indicó que el fallido golpe contó con tres fases: la preparativa, la de ejecución y de consolidación. El alzamiento terminó con la aprehensión de los principales cabecillas de lo que el ministro llamó una “organización criminal”, siendo Zúñiga, su principal figura.
La fase preparativa comenzó en marzo, indicó Del Castillo en una extensa conferencia de prensa en el Comando de la Policía Boliviana.
Explicó que Zúñiga se centró en reclutar aliados e iniciar campaña de acercamiento al pueblo, “promocionando su personalidad en calidad de político”. “Se hacía llamar asimismo el General del Pueblo (...) se hacía llamar líder nato, líder planetario”, manifestó Del Castillo.
Según informes de Inteligencia, Zúñiga sostuvo “reuniones de conspiración” “de alto nivel” desde mayo y que el detenido Aníbal Aguilar se constituyó en el “ideólogo central del plan de maniobra”.
En las reuniones también estuvieron presentes el vicealmirante Juan Arnez y el general en retiro, Tomás Peña y Lillo, sobre éste último pesa una orden de aprehensión.
Entre el 14 de abril y el 18 de mayo se impartieron cursos especializados de doctrina en las Fuerzas Armadas, entre ellos el Curso de Operaciones Urbanas, que se basaba en un documento que fue utilizado para dar el golpe.
“En este documento ellos realizan un análisis de lo que ha ocurrido en nuestro país en el enfrentamiento de febrero de 2003, entre la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas; luego realizaron un análisis, tiene un capítulo que se llama ‘Lecciones aprendidas’ y, en el inciso D señala y cita que no se realizó, en ese momento, una adecuada organización del personal, a diferencia de lo que han efectuado en la gestión 2024”, informó Del Castillo.
Agregó que el documento, creado en 2021, enseñaba a los efectivos militares cómo tomar la plaza Murillo de la ciudad de La Paz.
“Este documento se traduce en el manual que han utilizado los golpistas para intentar derrocar un gobierno democráticamente electo dentro del territorio nacional”, señaló.
El documento contiene una explicación geográfica sobre tipo de terrenos urbanos de combate militar de todas las áreas urbanas dentro del territorio nacional, por ello se logró identificar que existirían distintos movimientos de tropas militares.
Fase de ejecución
Del Castillo reveló que el 16 de junio se logró identificar la existencia del Plan Boquerón, el cual tenía por objetivo la “ejecución de operaciones de seguridad y defensa de instalaciones públicas”.
Precisó que a la 01.30 del 24 de junio una columna de blindados arribó al Gran Cuartel de Miraflores y que por la noche Zúñiga hizo declaraciones políticas a un medio de comunicación.
Del Castillo enfatizó en que el 26 de junio en el acto de cambio de arma de Inteligencia del Ejército, Zúñiga emitió un discurso con carga política.
Recordó que a las 14.30 de ese miércoles 26 de junio vehículos de Inteligencia del Ejército se estacionaron frente al Palacio de Gobierno; que a las 15.00 militares y blindados impidieron el acceso vehicular y peatonal en la plaza Murillo.
La autoridad indicó que Aníbal Aguilar se apostó en la calle Ayacucho, según imágenes de cámaras de seguridad, y que desde ese punto sostuvo varias conversaciones telefónicas. Aguilar se encontraba acompañado.
“El general Zúñiga posteriormente, de acuerdo a declaraciones que tenemos, ordena al coronel Barbery y al coronel Sanjinez que me detengan, no obstante ninguno de ellos hace caso (...) Él les amenaza con relevarlos del cargo y ellos dicen ya hemos arruinado nuestra carrera y probablemente estemos cometiendo un delito. Asimismo, ese mismo momento Zúñiga instruye al coronel Barbery disparar a los edificios aseverando ‘estamos siendo muy suaves’ en este momento y empiecen a disparar a los edificios, la orden tampoco fue cumplida por el coronel Barbery. Esta orden también se la dio a un grupo de 16 personas que es información, que estamos a punto de corroborar”, indicó
A las 15.59 el presidente Luis Arce encaró a Zúñiga en el ingresó al Palacio de Gobierno, y a las 17.08 se posesionó a un nuevo Alto Mando Militar con lo cual se dio el repliegue de tanquetas y militares.
Del Castillo recordó que a las 19.00 del 26 de junio, Zúñiga fue aprehendido por la Policía Boliviana.
Catorce personas fueron heridas el día del intento del golpe. Del Castillo dijo que la teoría del autogolpe carece de sustento teórico, histórico, político y conceptual.
“Lo ocurrido el pasado miércoles (26 de junio) es muy riesgoso para todo el continente, no solo para nuestro país, porque un puñado de militares escapando y vulnerando su rol constitucional y que tomen acciones políticas pone en riesgo a todas nuestras democracias no solo de Bolivia, sino de todos los países de la región y nos retrotrae a escenarios sangrientos y oscuros como el Plan Cóndor, de la década de los 70, y también las militarizaciones en la década de los 80 que acabaron con miles de vidas en América y Bolivia”, indicó.
Fase de consolidación
Del Castillo informó que Zúñiga tenía planeada la conformación de su gabinete de ministros y que se encontró su discurso de posesión.
En el documento, Zúñiga menciona que es necesario iniciar un “proceso de transformación” con una nueva estructura estatal.
Hasta el momento existen 24 personas sindicadas de participar en el golpe, entre militares activos, pasivos y civiles. Zúñiga se encuentra en el penal de El Abra.
Arce dice que la Policía no actuó durante el golpe para evitar enfrentamientos y muertos
El presidente del Estado, Luis Arce Catacora, reveló ayer en la noche que la Policía Boliviana no actuó durante el fallido golpe de Estado, del 26 de junio, para evitar enfrentamientos y muertes, como las ocurridas en febrero de 2003.
“El Ministro de Gobierno (Eduardo Del Castillo) quería movilizar a la Policía para sacar a las Fuerzas Armadas de la plaza Murillo, yo le dije ‘no, no hagas eso, no queremos lo que ha sucedió en febrero de 2003. Yo no quiero retornar a 2003, no saques a la policía’”, señaló el mandatario en una entrevista con Telesur.
El mandatario develó que llamó a Del Castillo para alertarle del movimiento irregular en la plaza Murillo, centro político de Bolivia.
El miércoles 26 de junio, efectivos del Ejército, bajo el mando de Zúñiga, irrumpieron en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz para tomar el poder por la fuerza.
También por la noche, en una conferencia de prensa, Del Castillo informó que un contingente de policías estaba listo para disparar “si las cosas se salían de control”, cuando el Primer Mandatario se enfrentó con Juan José Zúñiga, el principal acusado por el alzamiento armado, en el ingreso al Palacio de Gobierno, anexo a la Casa Grande del Pueblo.
“Si en ese momento (Juan José) Zúñiga se animaba a detener al presidente de los bolivianos, este grupo (de la Policía) iba a reaccionar, es más, mi persona cuando se anoticiaba y estaba camino hacia la plaza Murillo, la Policía boliviana me dice que estaba con todo listo para defender la democracia”, informó el Ministro de Gobierno.
En el pasillo de ingreso que conecta el Palacio Quemado con la Casa Grande del Pueblo se encontraba incluso una ametralladora con un trípode que apuntaba a la puerta principal donde estaban los militares, añadió la autoridad.
“Si en ese momento el presidente (Luis Arce), mi persona o el Comandante General de la Policía Boliviana hubiese tenido la osadía de arrestar o aprender en flagrancia el señor (Juan José) Zúñiga y a los tres generales, probablemente hubiese existido un cruce de fuego entre el personal de la policía y personal de la Casa Militar que se encontraba en su interior y los militares que están ingresando poco a poco”, explicó Del Castillo.
Incluso dijo que si se hubiera desplegado a la Policía hacia los edificios que se encontraban alrededor de la plaza Murillo hubiera habido un enfrentamiento “mucho más sangriento” a lo ocurrió durante 2003.
Sin embargo, luego de la conversación de Arce con Zúñiga y luego este último se retira junto con el grupo de la Policía Militar, toda la acción policial que se hubiera desatado no se concretó después del cierre de las puertas del Palacio Quemado.