Desde hace seis años, el teniente Max se especializó en buscar restos humanos y recibió certificaciones de Chile y España por ser el único perro policía con esas características en todo el territorio nacional.
La Paz, 07 de mayo de 2023 (AEP).- Max es único, es un héroe y pocos lo conocen. Sobre sus cuatro patas carga una gran responsabilidad: hallar a quienes podrían ser olvidados.
Llegó a la escena del crimen e ingresó al terreno de la calle Rafael Pabón de la zona Ballivián, ubicada en El Alto. Con empeño empezó a olfatear el lugar de un lado a otro, mientras su instructor lo seguía con la mirada atentamente junto a otros policías. Luego se detuvo en un lugar y empezó a escarbar. Allí, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) halló los cuerpos de dos adolescentes —desaparecidas en mayo y agosto de 2021—que fueron enterrados en la casa de un asesino serial.
Desde hace seis años, el teniente Max —cruce de labrador y golden retriever— se especializó en buscar restos humanos y recibió certificaciones de Chile y España por ser el único perro policía con esas características en todo el territorio nacional.
En el Centro de Adiestramiento de Canes (CAC) “Cabo Villanuevo Sánchez Cerro”, ubicado en la zona de Alto Obrajes de La Paz, habitan junto a Max, 32 perros, especializados en búsqueda de explosivos, rastreo de personas en estructuras colapsadas, búsqueda de fauna silvestre, de divisas y restos humanos. Y aunque su aspecto de perros policías puede impresionar, son tan tiernos que también son usados en canoterapia, que busca la rehabilitación de personas con discapacidad física, mental o con problemas emocionales.
Modelo boliviano
El suboficial primero David Uchani Vallejos y el teniente Max.
Cada can tiene un guía o entrenador, pero el adiestramiento con el sistema creado en Bolivia, por la Policía Nacional, se inicia en el vientre de mamá.
“Realizamos algunos ejercicios desde la pancita de la madre, les hacemos escuchar ruidos, socializamos con diferentes topografías, lugares, ambientes y personas; prácticamente desde el vientre realizamos este trabajo con la finalidad de que ellos cuando nazcan ya no tengan miedo a los ruidos”, explicó la capitana del CAC, Aylín Estívariz.
Cuando la camada nace se inicia otro trabajo, los acostumbran a caminar en diferentes pisos, desde suaves almohadas hasta suelo escarpado, para que acostumbren sus patas a todo tipo terreno; también trabajan con diferentes sonidos, desde estruendosos hasta dulces armonías de aves, para que no se distraigan con nada y al madurar puedan trabajar en los diferentes pisos ecológicos del país.
Después, mediante el juego con los cachorros, los entrenadores observan las capacidades de cada ejemplar.
“Nos hemos especializado en el adiestramiento de los ejemplares y vamos buscando lo que comprende cada categoría a la que van pertenecer, de acuerdo con sus impulsos. Cada guía ha sido capacitado y especializado en un área para que vea las cualidades de cada ejemplar”, enfatizó la capitana.
Al nacer, los cachorros, además de llegar al mundo con un mapa genético de servicio pues son hijos de perros policías especializados, son seleccionados según su comportamiento, y la primera cualidad fundamental es que no tengan miedo.
La sargento Hanna tiene tres años de especialidad en búsqueda de explosivos. La black retriever se encuentra esterilizada y busca una familia que la adopte.
“Nuestros perros no cuentan con un pedigrí, pero nosotros genéticamente los hemos ido mejorando en nuestras propias camadas; hemos buscado una genética de un padre con cierta especialidad y una madre con la misma especialidad, y nuestras camadas han resultado mejores”, explicó la capitana.
La unidad cuenta con seis hermosos cachorros de pastor alemán nacidos de una madre especializada en explosivos y de un padre de la misma especialidad. Esta camada resultó genéticamente muy buena, ya que a sus escasos seis meses vencieron la disciplina básica y los ejercicios iniciales para empezar una especialidad; tres de ellos serán entrenados en detección de explosivos y los otros tres, en rastreo.
Luego de cumplir el entrenamiento básico, los canes continúan su adiestramiento en relaciones humanas, saltado de vallas y realización de acrobacias para entretener a la ciudadanía. Sin embargo, el verdadero trabajo está después de que cumplen dos años, ya que son empleados en labores de mayor intensidad, por ejemplo, cuando un fiscal requiere sus servicios para hallar personas desaparecidas o para buscar explosivos en la llegada de mandatarios de países amigos.
“En el caso de los perros de fauna, se trabaja coordinadamente con Pofoma (Policía Forestal y de Protección al Medio Ambiente). Trabajamos con un equipo multidisciplinario entre la FELCC, Pofoma o diferentes unidades”, señaló Estívariz.
Un perro especializado en fauna, según la capitana, trabaja en fronteras buscando a otros animalitos que son traficados, como loritos o quirquinchos. Los canes los encuentran y les salvan la vida pues las autoridades los devuelven a sus hábitats.
Empero, la especialidad más difícil de lograr es la que tiene Max: búsqueda de restos humanos.
“Ha sido el primer ejemplar a nivel nacional especialista en restos humanos que ha buscado muertos en trabajos de investigación con la FELCC”, explicó Estívariz.
La forma de entrenamiento para esta especialidad es la siguiente: se buscan patrones olfativos y feromonas idénticas a las del humano, como el cerdo, y se trabaja impregnando el juguete del can con ese olor; al tener un olfato mil veces más sensible que el de los humanos (un perro tiene más de 220 millones de receptores olfativos en la nariz, mientras que los humanos solo 5 millones), el perro llega a descubrir de forma lúdica dónde está su ‘juguete’.
Ya son más de seis años que Max halla cuerpos y ya resolvió incontables casos, pues llega donde el humano no puede. Su finísimo olfato es privilegiado y reconocido a nivel internacional.
Max
El ahora teniente Max fue donado a la unidad de canes, su dueño no lo pudo tener más y buscó un lugar donde dejarlo. Entonces, el animal halló consuelo con el suboficial primero David Uchani Vallejos, quien le enseñó con amor las rutinas de obediencia y le dedicó tiempo y paciencia, convirtiéndolo en el mejor perro de Bolivia. Cada logro de Max lo es también de su guía, quien lo ve con cariño y sabe que deberá despedirse pronto.
Max ya cumplió su ciclo de trabajo en la sociedad y debe jubilarse; él podría trabajar muchos años más, como lo hacen en otros países, pero la fuerza del orden sabe que ya fue suficiente y que debe descansar y dejar el régimen policial para pertenecer a una familia. Junto a Max, Myke y Dulce —especialistas en rastro de personas en estructuras colapsadas—, Duke y Hanna —expertos en explosivos— serán jubilados. Por ello, se buscan familias que puedan darles la mejor calidad de vida y retribuirles lo que hicieron por la sociedad durante seis años de servicio.
Max y otros dos canes tienen mucha suerte, pues el galardonado can se irá con su guía, el suboficial Uchani, quien sabe lo que sufrió y no quiere que vuelva a pasar por un abandono. El suboficial también se jubilará el próximo año, por lo que serán amigos hasta el fin de sus días.
“Tenerlo desde muy cachorro es como tener un hijo, estamos en las buenas y en las malas; ya le toca jubilarse este año y se va a ir conmigo para que pueda descansar”, indicó Uchani.
“Max se está yendo, pero no dejará su espacio vacío, tenemos a sus sucesores, que no son de la misma línea genética, pero son cinco ejemplares entre belga nalinois, golden retriever y pastores alemanes; ellos cinco se harán cargo del trabajo que él cumplía”, detalló la capitana.
Jubilados
Gamora tiene especialidad en detección de explosivos, pero le encanta mostrar sus dotes físicas para deleitar a la gente que la observa.
Este año, CAC jubilará a cinco de sus mejores ejemplares y no porque estén viejos o hayan perdido sus capacidades, sino porque la Policía Boliviana precautela los derechos de cada ejemplar y cumple con la Ley 700 “para la defensa de los animales, contra la crueldad y el maltrato”, que establece los derechos de los animalitos.
Hasta el 23 de mayo, aniversario del CAC, y como establece el reglamento, se tiene previsto contar con los adoptantes, pues según el Reglamento de Administración de Canes, la primera opción de adopción es el guía, por lo que tres de ellos serán adoptados por sus adiestradores.
Como dato curioso, los perritos -como miembros de la verde olivo- también tienen su propio escalafón y ascienden con los años. Así, a partir de los seis meses adquieren los grados de sargento, suwboficial, subteniente y teniente, que es cuando se jubilan, como Max.