En los 39 años de historia de El Alto, celebramos no solo su resistencia, sino también su papel como faro de esperanza y transformación en Bolivia. Honor y gloria para los héroes de El Alto, cuyo legado perdura y sigue inspirando a generaciones futuras.
La Paz, 07 de marzo 2024 (AEP).- En un emotivo encuentro con el pueblo alteño, nos reunimos para conmemorar y rendir homenaje a la ciudad que se ha erigido como un baluarte inquebrantable de luchas sociales y un crisol de la identidad plurinacional. El Alto, conocido como Alaj Pacha o la Tierra en el Cielo, fue elevado al estatus de ciudad, como capital de la Cuarta Sección de la provincia Murillo, el 6 de marzo de 1985, marcando así 39 años de una historia rica en resistencia y compromiso social.
Desde sus raíces, la ciudad ha destacado por el firme compromiso de sus habitantes en la búsqueda constante de justicia e igualdad social. Recordamos con gratitud el papel crucial desempeñado por El Alto durante la Guerra del Gas en octubre de 2003. En ese momento crucial, los alteños y alteñas, con valentía y patriotismo, defendieron los recursos gasíferos en beneficio de todo el pueblo boliviano, levantando consignas que resuenan hasta el día de hoy, como la inolvidable “El gas no se vende”.
La historia de El Alto también está marcada por sacrificios, y no podemos olvidar a quienes ofrendaron sus vidas en 2019, durante la lucha por la recuperación de la democracia. Estos valientes mártires de El Alto permanecerán en nuestra memoria colectiva, recordándonos la valentía y el profundo amor por la patria que define a esta ciudad.
Pero El Alto no solo es testigo de batallas políticas; también se erige como un símbolo de encuentro entre naciones y culturas diversas que enriquecen nuestra patria. Miles de personas llegan aquí desde el campo y otros departamentos, contribuyendo con su cultura a las ferias, rituales y artesanías que reflejan la unidad en la diversidad que nos hace fuertes como pueblo.
En este día rendimos homenaje a esta indómita urbe, forjadora de revoluciones. Que la tenacidad y la rebeldía de su gente continúen guiando a nuestro país hacia un futuro digno y soberano para todos. En los 39 años de historia de El Alto celebramos no solo su resistencia, sino también su papel como faro de esperanza y transformación en Bolivia. Honor y gloria para los héroes de El Alto, cuyo legado perdura y sigue inspirando a generaciones futuras.