El gobierno del presidente Luis Arce, electo democráticamente con el 55% de lo votos en 2020, ha llegado a la mitad de su camino, y lo ha hecho con grandes aciertos, que fueron posibles gracias a un trabajo arduo y al respaldo del pueblo.
Al llegar al gobierno, el desafío era grande, la pandemia del Covid-19, la mala administración del régimen de facto de Jeanine Añez, entre otros factores, dejaron un país en situación crítica que requería acciones inmediatas y concretas para su reconstrucción. Es así que, escuchando la voluntad del pueblo, el primer desafío fue hacer frente a la pandemia que estaba avanzando sin clemencia, cobrando la vida de seres queridos, por lo que se necesitaba aplicar un plan de contención que tomó como base garantizar las vacunas y las pruebas de antígeno nasal para la detección temprana.
Conforme se fue superando la emergencia sanitaria, otro compromiso estaba latente: recuperar el derecho a la educación. El 31 de julio de 2020, durante el gobierno de facto, se clausuraba el año escolar, medida que atentó contra miles de estudiantes que se vieron perjudicados en todo el país. No obstante en 2021 se retomaban las clases en favor de la niñez y la juventud, bajo tres modalidades: presencial, semipresencial y a distancia.
En el aspecto económico, una de las primeras medidas destinadas a paliar las necesidades de la población fue el Bono Contra el Hambre, de Bs 1.000, con el objetivo de coadyuvar a los sectores más vulnerables.
De esta manera, paulatinamente, se fue reconstruyendo el país que clamaba por días mejores, luego de pasar por un 2020 que es digno de olvidar por todo lo que trajo consigo. En el mediano y corto plazo, los resultados ya se hicieron visibles, la tasa de contagios y de letalidad por el Covid-19 iba en desescalada, lo que a su vez permitió volver a la presencialidad en el ámbito educativo.
Para continuar con la reactivación económica, el gobierno de Luis Arce creó diversos fondos destinados a brindar una mayor accesibilidad a créditos, entre ellos el Fondo de Garantía para Créditos Productivos (FOGACP); el Crédito de Vivienda Social y Solidaria (Fogaviss); el Fondo de Capital Semilla (Focase); el Fondo de Garantía de Créditos para el Sector Gremial (Fogagre); el Fondo de Crédito de Apoyo a Microempresas (Focremi); y el Fondo de Crédito de Apoyo a la Juventud (Focrea).
Con una mejora en la economía que ya se hacía palpable en los bolsillos de la población, a la par se iba encaminando la política que, probablemente, se constituye en el sello inconfundible de este Gobierno: industrialización para la sustitución de importaciones. Actualmente se construyen en los nueve departamentos 47 plantas industriales con una inversión garantizada de Bs 7.578 millones; y con la tecnología EDL, Bolivia ingresará a la era del litio en plenitud.
Estas son solo muestras del camino recorrido en estos dos años y medio de gestión, en los que hubo grandes desafíos, pero también grandes aciertos, pese a todos los conflictos y bloqueos propiciados por quienes solo piensan en sus intereses particulares. Ahora la mirada está puesta en el Bicentenario para la concreción de los grandes planes para Bolivia. A dos años y medio, gracias al apoyo y la convicción del pueblo, podemos decir con certeza que estamos saliendo adelante.