Después de tres años y cuatro meses, el Gobierno dio por terminada la emergencia sanitaria por Covid-19.
La medida trae consigo dejar atrás la mascarilla, un símbolo de la pandemia que ha trastocado, desde el último día de 2019, el mundo.
En Bolivia, el uso de ese protector de patógenos en la vía pública y en espacios al aire libre dejó de ser obligatorio, pero el Ministerio de Salud recomienda prudencia y mantener las medidas de bioseguridad como la ventilación, la distancia de seguridad y la higiene de manos.
Con el gobierno socialista de Luis Arce y su política de vacunación masiva y gratuita, las pruebas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) también masivas y gratuitas, se ha logrado una tendencia decreciente de fallecimientos y hospitalizaciones, en abismal contraste con el gobierno de facto de Jeanine Añez.
Fue entre marzo y septiembre de 2020, durante el caótico gobierno del régimen golpista, cuando se produjo la mayor cantidad de muertes masivas por coronavirus.
Bolivia tiene hoy las condiciones para suspender la emergencia sanitaria ya que registra más de 16 millones de dosis aplicadas entre la primera, segunda, tercera, cuarta y unidosis a los diferentes grupos etarios, una tasa de letalidad en la sexta ola de 0,1% y más de 1,1 millones de pacientes recuperados.
Absolutamente todas las vacunas —Sputnik V, AstraZeneca, Sinopharm, Pfizer y Janssen— han sido gestionadas por el Gobierno socialista.
Una gran parte de la población está inmunizada, ya sea por una de esas vacunas o por haber superado la enfermedad.
Además el país presenta una tendencia marcada a la baja de casos de hospitalizaciones y muertes por Covid y la administración de Arce ha mejorado ampliamente —con inversión millonaria en hospitales, dotación de ítems médicos en los nueve departamentos y una gestión responsable— el manejo clínico de pacientes.
Pero la flexibilización del uso de la mascarilla no significa que la pandemia haya terminado, tal y como subraya el Ministerio de Salud, que llama a la cautela y la responsabilidad ciudadana.
La Organización Mundial de la Salud ha recordado que el virus continúa circulando.
