Los pueblos indígenas del norte de Potosí y el sur de Oruro —Laime, Jucumani y Qaqachaca— se despedazaron por 175 años, hasta finales de 2005, por vengar agravios o disputando pedacitos de tierra estéril, en las altas soledades adonde fueron reducidos en tiempos antiguos.
En las comunidades, a ambos lados de la frontera interdepartamental, con sus pequeñas casas de barro y techo de paja, la pobreza es extrema, el agua escasea y la tierra no goza de una fértil agricultura.
El presidente Luis Arce se reunió, desde el inicio de su mandato, en noviembre de 2020, con los ayllus guerreros y dirigentes del departamento de Oruro en los que puso en marcha proyectos de agua y riego, agricultura, colosales programas de camélidos, nuevas plantas industriales, caminos, salud y educación, entre otros programas de inversión estatal.
Arce formalizó también con dirigentes de la Federación de Ayllus Originarios Indígenas del Norte de Potosí proyectos en salud, educación, agua, riego y, entre otros, producción agropecuaria.
El Presidente socialista sabe que la inversión estatal consolidará la paz en las antiguas zonas de conflicto de la frontera interdepartamental de Oruro y Potosí.
La reunión con los ayllus del norte de Potosí se desarrolló en la Casa Grande del Pueblo, sede de la presidencia del Estado. Los dirigentes, varones y mujeres, fueron ataviados con sus coloridos chalecos y ponchos de aguayo y sus chuspas con la ancestral hoja de coca.
A la montera de guerra, los varones la sustituyeron, en una muestra de paz, con los sombreros de mimbre blanco.
Los curtidos agricultores agradecieron las muestras de militante apoyo del mandatario con los pueblos indígenas del país y lo invistieron con los honores de la vestimenta de un guerreo del ayllu.
En las comarcas de alta montaña donde habitan, ese es un honor al que pocos acceden o pocos merecen.
Ya con la vestimenta guerrera, le impusieron al Jefe de Estado un mandato claro, inapelable: “Tienes que luchar, hermano Presidente”.
El pedido llega en momentos en que una corriente política busca desestabilizar su mandato con anuncios irresponsables de bloqueo de caminos y otras acciones antidemocráticas.
Pero la administración del presidente Arce tiene una amplia base social aglutinada en el Pacto de Unidad, bloque de diferentes organizaciones sociales, la Central Obrera Boliviana y el 55,11% del voto popular.