En agosto de 2023, el alcalde de La Paz, Iván Arias, anunciaba con bombos y platillos una “megaobra” para la ciudadanía con una inversión de Bs 6 millones, nada más y nada menos que la remodelación de la plaza Avaroa, que fue entregada en días pasados en un acto cargado de peculiaridades protagonizadas por el burgomaestre que desataron una ola de críticas en redes sociales.
Para hacer un breve hincapié en las acciones y conductas que provocaron las mencionadas críticas, una de ellas fue el hecho de que el alcalde dejó en evidencia su desconocimiento del Canto a Avaroa —inspiración en letra y música del insigne maestro potosino Luis Felipe Arce—, pese a que iba leyendo un papel en el que le habían anotado las estrofas, justamente para evitar un vergonzoso episodio como el que se vivió. A esto se sumó la agresividad y soberbia con la que Iván Arias botó del lugar a los ciudadanos que se dieron cita a la inauguración con expresiones como: “las personas que no quieren ver la plaza y que están apuradas de ir a ver su novela, váyanse”.
Sin embargo, al margen de las aseveraciones vertidas por Arias con el despotismo que lo caracteriza, tal parece que el burgomaestre ya está acostumbrado a ejecutar refacciones en calles, plazas y otros espacios para justificar su falta de planificación y gestión municipal, poniendo a estos arreglos el rótulo de “megaobras”.
El denominativo de megaobra, si bien muy subjetivo, tiene la connotación de un proyecto de gran envergadura, singular, que generará cambios trascendentales para un grupo poblacional; no obstante, la remodelación o refacción de una plaza está bastante distante de ello.
Y no es que la remodelación de una plaza sea mala o innecesaria, por el contrario, seguramente le brindará un aspecto más estético al vecindario; pero con seguridad la ciudad de La Paz tiene otras necesidades más apremiantes, por ejemplo, las referentes a la gestión integral de riesgos para evitar los desastres que se están suscitando a causa de las lluvias, u otras que permitan descongestionar el tráfico vehicular que se está tornando caótico, no solo dentro del casco urbano central.
Lo triste es que, a casi tres años de gestión, efectivamente las “obras estrella” de Iván Arias son el repavimentado de unas cuantas calles y la remodelación de la plaza Avaroa; y si bien él parece sentirse muy conforme con lo que hizo hasta ahora, no debe olvidar que su deber no es contentar a su grupo de seguidores que moviliza a las actividades para que le aplaudan, sino a la población paceña que realmente espera cambios importantes en su ciudad.