La economía en Bolivia sigue en crecimiento y hay una estabilidad equilibrada que se refleja claramente en indicadores que catalogan al país como la segunda economía de la región y esto a pesar de todos los impedimentos tanto externos como internos y las trabas que ponen reiterativamente parlamentarios de la tradicional y nueva derecha en la Asamblea Legislativa Plurinacional con la no aprobación de proyectos de créditos.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló que, gracias a la demanda interna, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia creció en 3,1% la gestión pasada, y posicionó al país como la segunda mejor economía de la región, solo después de Paraguay, que logró un 4,7%.
Sin embargo, los criterios poco responsables y de tinte político para generar un desprestigio contra el Gobierno nacional son permanentes por parte del ala radical de la nueva derecha que sin tomar en cuenta su falta de trabajo en su gestión ahora pretende generar incertidumbre con mentiras y falsos argumentos.
Las políticas del gobierno del presidente Luis Arce Catacora en estos tres años de gestión fueron claras y evidentes, apuntó con una serie de medidas económicas para reactivar y dinamizar la economía del país y ahora con la política de industrialización pretende diversificar la economía, sustituir las importaciones y abrir las exportaciones para generar más valor agregado a la materia prima.
Desde el Gobierno nacional se manifiesta que si las fricciones políticas en el interior de la Asamblea Legislativa Plurinacional ya no afectarían a la parte económica, el crecimiento sería mucho mejor, llegando incluso a un 4%, como las suscitadas con el proyecto de Ley de Reservas Internacionales que por dos años fue paralizado en su tratamiento.
En ese sentido, se pidió que se deje de lado el cálculo político y se piense en la economía del país, toda vez que esta se encuentra en pleno crecimiento, hay estabilidad de precios y un mercado laboral dinámico.
El presidente Luis Arce destacó recientemente que Bolivia se consolidó en 2023 como la segunda economía de mayor crecimiento, a pesar del boicot que promueven algunos actores políticos y “pese a quien le pese, y duela a quien le duela”.
La economía boliviana superó a Brasil, que logró 2,9%; a Ecuador (2,4%), a Colombia (0,6%), a Uruguay (0,4%) y a Chile (0,2%). Perú reportó un decrecimiento del -0,6%, y Argentina del -1,6%.
Con el 3,1%, Bolivia superó las proyecciones de crecimiento del Banco Mundial (BM) del 2,4%, del Fondo Monetario Internacional (FMI) del 1,8% y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) del 2,2%.
A esto se suma también el indicador del ranking de la plataforma especializada Bloomberg, que cataloga a Bolivia como la segunda economía que tiene una tasa de inflación acumulada a abril del 1,31%, una de las dos más bajas de la región.
