Ante el rechazo generalizado que provocó el congreso de Lauca Ñ —que comenzó con anomalías como la restrictiva convocatoria respecto a la participación de las organizaciones sociales, y que concluyó de la misma manera, clausurándose un día antes de lo establecido, con un amparo constitucional de por medio que ordenaba la suspensión de dicha actividad—, los entes matrices del Instrumento Político, encabezados por el Pacto de Unidad, desconocieron las determinaciones de aquel al considerarlo ilegal, ilegítimo e inorgánico.
Ante este complejo panorama, convocaron a un encuentro que sí contará con la participación activa de las bases, como debió haber ocurrido en el trópico de Cochabamba. La fecha pactada para esta magna concentración: el 17 de octubre; el lugar: la valerosa, emblemática y revolucionaria ciudad de El Alto; la visión: definir la nueva agenda política y social del país.
Tras haber presenciado un arbitrario congreso en el que ocurrió lo que era obvio, la proclamación de Evo Morales como candidato presidencial para 2025 en un acto carente de representatividad orgánica; ahora, las bases sociales, que se constituyen en la columna vertebral y “verdaderos dueños” del Instrumento Político, tienen la mirada centrada en el Gran Cabildo del Pueblo, que mostrará la imponente presencia de las organizaciones, ahora más fortalecidas, ante los intentos de invisibilización que vienen sufriendo de parte de ciertos sectores políticos.
Pero, acá cabe precisar dos cosas. La convocatoria al cabildo no fue una determinación de los representantes del Gobierno, claro que no; esta iniciativa nació de las propias organizaciones sociales, representadas por el Pacto de Unidad, en rechazo a las muestras de radicalidad, individualismo y soberbia de un puñado de personas que solo buscan satisfacer sus apetitos personales. No obstante, el Ejecutivo sí expresó su apoyo a la convocatoria y garantizó su participación, como siempre lo ha hecho, toda vez que está consciente de que son las bases las que fundaron el Instrumento Político, las que garantizaron el retorno a la democracia, las que expresaron su respaldo incondicional a esta gestión que avanza en la reconstrucción económica del país y, por ende, son las únicas que verdaderamente podrán dar continuidad al Proceso de Cambio.
La convocatoria está hecha y será el 17, en El Alto, donde se verá la diferencia entre un congreso orquestado por un grupo de personas enceguecidas por el hambre de poder; y un cabildo promovido orgánicamente, con total representatividad y legitimidad.
