Desde 1831, Bolivia ha desarrollado once censos de población y cuatro de vivienda.
De acuerdo con los antecedentes del Instituto Nacional de Estadística (INE), el de 2024 será el duodécimo Censo Nacional de Población y el quinto de Censo Nacional de Vivienda.
Desde el primer Censo de 1831 y el último de 2012, en Bolivia se han desarrollado once registros nacionales de población, cuatro de vivienda, dos de establecimientos económicos y dos agropecuarios.
El primero de ellos se realizó en 1831, durante el gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz, y el último fue en 2012, con Evo Morales como presidente.
Bolivia celebrará el 23 de marzo de 2024 un nuevo censo luego de un inédito proceso de construcción colectiva de la encuesta nacional que el gobierno de Luis Arce llevó adelante.
El INE concluyó con éxito el 100% de la Actualización Cartográfica Estadística.
El trabajo cartográfico es la actividad que corresponde a la etapa precensal, y con la información obtenida la institución estadística definirá el número de cuestionarios censales, censistas voluntarios y determinará el lugar donde el censista hará su trabajo.
El Censo del próximo año, en ese marco, será el primero del siglo XXI que contará con una cartografía estadística digitalizada.
Ese gigantesco paso implica que más de cinco millones de viviendas se encuentran georreferenciadas para llevar un trabajo estadístico de calidad e inclusivo.
La digitalización de la información posibilitará que los encuestadores conozcan los accidentes geográficos, ríos, caminos, puentes, plazas, avenidas y calles que recorrerán el día del empadronamiento. Son datos de extrema utilidad para organizar el Censo de Población y Vivienda.
Para el proceso de actualización, que se desarrolló por más de 15 meses, la institución estadística movilizó a más de 250 brigadas compuestas por casi 2.000 personas a escala nacional.
Los 342 gobiernos municipales de Bolivia, el 100%, no solo apoyan el proceso censal, sino que se comprometieron a colaborar activamente la labor de empadronamiento nacional fijado para el primer trimestre del próximo año.
Los resultados del Censo permitirán la redistribución de escaños parlamentarios para las elecciones de 2025 y también la distribución de recursos en octubre de ese año.
Hoy nadie duda del carácter eminentemente técnico del trabajo censal que encara el INE para que sus resultados se constituyan en una herramienta de planificación económica y social a largo plazo.
