El combate contra el narcotráfico es una de las políticas de Estado más importantes del Gobierno nacional.
Desde el primer día que tomó el mando de la nación, luego de ganar las elecciones con el 55,11% del voto popular, la administración del presidente Luis Arce aplica la estrategia antidroga con un enfoque integral, en el que se reafirma la decisión soberana de resolver el problema en todas sus facetas, con un profundo respeto a los derechos humanos, pero sin renunciar a la erradicación de la hoja de coca en aquellas zonas donde la ley lo prohíba.
La comunidad internacional ha reconocido el esfuerzo del Gobierno socialista en la interdicción al narcotráfico y el éxito que ha conseguido en la racionalización del arbusto sin violencia.
A pesar de que la cooperación internacional recortó su apoyo al país para el combate al narcotráfico en la última década, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico controla hoy con eficiencia el tráfico de drogas mejor que antes y alcanzó históricos resultados en incautación de estupefacientes.
En las gestiones 2021, 2022 y al primer semestre de 2023, las incautaciones de droga fueron importantes, una buena parte de ella proveniente del Perú. Se desmantelaron megafábricas que contaban con pistas aéreas clandestinas, generadores de electricidad, plantas potabilizadoras de agua, hornos microondas para secar la droga y equipos de radio que el gobierno de facto de Jeanine Añez, y sus represores Arturo Murillo y Fernando López, sospechosamente nunca descubrieron.
El gobierno de Arce, además, se trazó como meta erradicar 10.000 hectáreas de la hoja de coca excedentaria de forma anual en las zonas no autorizadas del territorio nacional.
Ese objetivo no solo fue superado, sino que marcó récord histórico por dos años consecutivos.
El modelo boliviano en materia de erradicación trabaja con la premisa del respeto a los derechos humanos, en diálogo y en consenso con los productores de la hoja.
La Bolivia socialista y soberana de Arce no acepta condicionamientos externos para diseñar su propia estrategia antidroga.
Y, sin el apoyo de agencias extranjeras, Bolivia es, dentro de la región andina, el más efectivo en la lucha contra el narcotráfico.
