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El compromiso con la democracia

Es casi un quinquenio en que el presidente constitucional Luis Arce Catacora demostró, con hechos y no solo palabras, su compromiso democrático con el Estado Plurinacional y con el pueblo que lo eligió en octubre de 2020 con el 55,10% de la votación nacional. Una vocación que reafirmó con miras a las elecciones de mañana y el traspaso de mando del 8 de noviembre, garantizando una transición democrática hacia un nuevo gobierno, acatando lo que los bolivianos decidan en las urnas, en el país y el extranjero.

Antes que se active el proceso rumbo a los comicios, Arce demandó que se respete el derecho al sufragio de la población y que se permita el mejor clima social posible para materializarlo, lo que no contó con el apoyo del evismo y la vieja derecha, que otra vez mostraron su rostro antidemocrático con protestas desestabilizadoras no solo contra el Gobierno, sino contra las elecciones, y con una asfixia económica en el Legislativo que buscó generar convulsión social, al dejar sin divisas a la importación de combustibles.

Sin embargo, pudo más el espíritu democrático que la conspiración. Por ello, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) requirió de respaldo político, Arce puso por delante el consenso y el cumplimiento de los acuerdos para organizar unas presidenciales libres de injerencias, plurales, transparentes, imparciales y pacíficas; cuando la derecha dejó sin recursos al voto en el exterior, extremó los esfuerzos para el desembolso de divisas, a la par de garantizar los más de Bs 300 millones para el sufragio en el suelo boliviano. 

Este compromiso fue ratificado por el Presidente ante las delegaciones de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE), que forman parte de las 19 misiones que validarán la transparencia de la jornada que convocará a poco más de 7,9 millones de bolivianos. “Como un Gobierno elegido democráticamente, nos comprometemos a asegurar una transición democrática hacia el próximo gobierno, que también será elegido a través del voto popular”, remarcó.

Uno de los legados de Arce es precisamente haber preservado la democracia boliviana, ante todo y contra todos, cumpliendo el mandato recibido al asumir la presidencia tras la gestión de facto de Jeanine Añez. Lo hizo pese a ser el gobierno más asediado de la reciente historia democrática, por el afán de Evo Morales de conseguir una candidatura inconstitucional y la guerra política, económica, legislativa y mediática activada por la derecha en su contra, lo que incluyó un fallido golpe de Estado el 26 de junio de 2024.

El camino está expedito para la votación de este domingo y la transición con miras al 8 de noviembre. Por esto, Arce convocó al pueblo a asistir a las urnas con patriotismo y responsabilidad para elegir a 352 autoridades nacionales, entre ellas al presidente y el vicepresidente, porque su participación es la máxima expresión de la democracia. Lo hace con la convicción democrática que caracterizó a su mandato, porque, como él dijo, saldrá por la puerta de la Casa Grande del Pueblo así como entró hace cinco días. 

AEP


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