El gobierno de Luis Arce se apresta a cerrar su gestión con un importante legado al pueblo boliviano, como la construcción de un país más justo que hace cinco años y con un proyecto industrializador en marcha, por lo que es razonable pensar que hay que darle continuidad a todos los proyectos; aunque también, es preciso decirlo, transitó en medio de zancadillas como el boicot económico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, los bloqueos de carreteras de sectores portadores de ambiciones políticas y proyectos desestabilizadores.
Bolivia es un país muchísimo mejor que hace cinco años porque se construyeron más de 60 mil obras como viviendas, represas, programas de riego, hospitales, unidades educativas, carreteras y otros; con más trabajo, más industrias, más derechos para las mujeres y los sectores vulnerables de la sociedad, aunque queda la sensación de que podría haberse hecho más.
Desde noviembre de 2020 y hasta septiembre de 2025, se ejecutaron proyectos de agua y saneamiento por Bs 3.738 millones, en redes de gas Bs 527 millones; en exploración de hidrocarburos, Bs 3.600 millones; en proyectos UPRE, más de Bs 5.000 millones; y la inversión en otras variadas obras que representaron más de Bs 13.000 millones.
Construyó 76.238 viviendas sociales en beneficio de más de 266.000 personas, lo cual demandó una inversión de Bs 4.519 millones que, a su vez, generó 101.397 empleos directos y 171.536 indirectos. A ello se suma la inversión de más de Bs 18.105 millones en la ejecución de 33 proyectos carreteros de 3.332 kilómetros, entre los cuales están las dobles vías Sucre—Yamparáez, Huarina—Tiquina Fase I, el Túnel Incahuasi, la carretera Rurrenabaque—Riberalta, Montero—Yacapacaní y otros más.
Mientras el Fideicomiso de Apoyo a la Reactivación de la Inversión Pública (FARIP) destinó Bs 1.773 millones en apoyo a alcaldías y gobernaciones en contrapartes para obras, se ejecutó Bs 8.637 millones en la construcción de plantas industriales.
El Gobierno trabajó sin pausa para dar una solución estructural al problema de los combustibles, por lo que deja un legado de 20 pozos exploratorios exitosos, uno de los cuales es el pozo Bermejo X46D recientemente entregado. Además, deja reservas adicionales de gas que bordean los 3,5 a 4 trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés). La búsqueda de nuevos campos hidrocarburíferos formó parte de la política integral del Gobierno nacional para afrontar la escasez de combustible.
El Gobierno nacional privilegió el modelo económico que tiene como pilares la fuerte inversión pública, la redistribución de la riqueza y la industrialización con sustitución de importaciones con el objetivo de aprovechar los recursos naturales para generar riqueza, empleo y desarrollo.
Y, como prometió muchas veces, el presidente Luis Arce y su gabinete trabajarán hasta el último día para atender las necesidades y demandas de la población, además, en estricto cumplimiento de la Constitución Política del Estado.



