En este momento histórico, es imprescindible la unidad de la izquierda boliviana para mantener en vigencia y fortalecer el modelo económico boliviano que prioriza el mercado interno, la inversión pública, la redistribución de la riqueza a los sectores más vulnerables y la industrialización con sustitución de importaciones.
La política económica que se aplicó en los últimos 20 años tuvo resultados exitosos porque los ingresos económicos de los bolivianos se cuadriplicaron, el porcentaje de la población en situación de pobreza moderada disminuyó al 36,5% y pobreza extrema se redujo al 11,9%. Estos son resultados tangibles y no una perorata sin contenido.
En esta coyuntura preelectoral, la derecha, fragmentada y representada por Samuel Doria Medina, Jorge Tuto Quiroga, Manfred Reyes Villa y otros, realiza maniobras dolosas, ofrece el “cielo y la tierra” con el fin de sepultar su pasado oprobioso como vendepatrias, genocidas y serviles de la élite política económica del país.
La derecha representa el retorno del neoliberalismo para vender las empresas estatales bajo el argumento de que el Estado es un mal administrador, volver a los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) para solucionar la “crisis” económica del país y volver al modelo de libre mercado que se traduce en hambre, pobreza, desocupación, endeudamiento y pérdida de dignidad.
Estas alternativas de la derecha son contrarias a los intereses del pueblo boliviano porque impondrán políticas privatizadoras en materia de salud, educación y otros; liberarán las exportaciones sin importar si falta alimentos a los bolivianos y bajarán el déficit echando a la calle a miles de profesores, trabajadores de salud y otros sectores.
En Argentina, el presidente Javier Milei aplicó las recetas del FMI como libertad de mercado, achicamiento del Estado, eliminación de regulaciones, apertura comercial y otros. ¿El resultado? Alrededor de 23 millones de ciudadanos argentinos viven en situación de pobreza, unos 7,8 millones de personas están en un estado de pobreza extrema o indigencia y otros males gracias al organismo internacional.
El otro ejemplo es el ascenso de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos. Deportaciones masivas porque los migrantes latinos son una amenaza contaminante de la pureza anglosajona, el encarcelamiento de sospechosos de robo, asesinato y otros delitos sin juicio justo, o son expulsados a las cárceles de El Salvador.
Este es el verdadero rostro de la derecha que quiere volver a gobernar el país.
Las organizaciones sociales, trabajadores, indígenas, campesinos, intelectuales progresistas, mujeres y el pueblo piden trabajar en un proceso de unidad de todo el campo de la izquierda para frenar el avance y el retorno de la derecha.
Hay que evitar la manipulación de la élite económica/empresarial/política y sus medios de comunicación para impedir consecuencias trágicas que hipotecarán y menoscabarán el futuro del pueblo boliviano. Hay que defender las conquistas sociales a toda costa.
AEP
