Evo Morales elevó la tensión política y social en el país a niveles preocupantes. El exmandatario aseguró que será el candidato del MAS e insistió en que está habilitado para los comicios del año próximo, pese a un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP).
Con el fallo del TCP, Morales fue inhabilitado para futuras elecciones, dado que gobernó el país durante tres períodos: 2006-2009, 2009-2014 y 2014-2019.
“Si inhabilitan a Evo, va a haber una convulsión”, advirtió el dirigente cocalero, mientras sus belicosas bases dijeron que volverán a gobernar “por las buenas o por las malas”.
Frente a los vientos golpistas, el presidente socialista Luis Arce tranquilizó a la ciudadanía recordando que Bolivia no tiene dueños y que cualquier intento de socavar la democracia será enfrentado con la determinación del pueblo boliviano.
En su discurso por los 412 años de fundación del municipio cruceño de Vallegrande, el presidente Arce proclamó con serenidad y convicción que Bolivia no tolerará amenazas de nuevos golpistas que buscan hacerse del poder por la fuerza o la manipulación.
Este mensaje claro y contundente resuena en un momento crucial para el país, donde se enfrentan intereses políticos divergentes y se ponen a prueba los cimientos de su democracia.
Es importante reconocer que Bolivia pasó por momentos oscuros en su historia reciente, marcados por el golpe de Estado en 2019.
Sin embargo, la historia también muestra que la voluntad del pueblo boliviano de defender su derecho a elegir a sus gobernantes y forjar su propio destino es innegable.
La decisión del TCP, que establece la inhabilitación del expresidente Evo Morales para futuras elecciones, demuestra el compromiso del país con el Estado de derecho y la separación de poderes. Esta determinación, basada en principios constitucionales y jurisprudencia internacional, refuerza la idea de que en Bolivia nadie está por encima de la ley.
Luis Arce, al reafirmar el compromiso de su administración con el Modelo Económico Social Comunitario Productivo y la industrialización del país, envía un claro mensaje de continuidad y estabilidad. La estabilización económica alcanzada luego de un período de incertidumbre política y social es un logro que debe protegerse y fortalecerse con el manto de la democracia frente a cualquier intento de desestabilización.
La unidad del pueblo boliviano es su mayor fortaleza para superar cualquier desafío que se presente en el camino hacia un futuro próspero y justo para todos sus ciudadanos.
Bolivia se encuentra en un momento crucial de su historia, donde la defensa de la democracia y la soberanía popular son imperativos inquebrantables.
En palabras del presidente Arce, la patria siempre está primero, y ningún interés individual puede prevalecer sobre el bienestar colectivo. En este espíritu de unidad y determinación, Bolivia continuará su marcha hacia un futuro lleno de oportunidades y progreso para todos sus habitantes.