La democracia en el mundo ha dejado de considerarse simplemente un conjunto de normas y procedimientos para la constitución y el ejercicio del poder político. Hoy en día también se ve a la democracia, junto con los derechos humanos, como una forma de preservar y promover la dignidad de la persona.
Los representantes de las cámaras de la Asamblea Legislativa ejercen, en lo que les corresponde, la soberanía y la representación popular, así como las funciones legislativas de fiscalización y de gestión. Su mayor mandato, delegado por el soberano, es el respeto a la Constitución Política del Estado.
Desde la Asamblea se escucha con demasiada frecuencia, sin embargo, criterios discriminatorios hacia otros ciudadanos, lo cual no honra mandatos constitucionales. Y es que la no discriminación es uno de los pilares en que se basan los derechos humanos.
Un 'Padre de la Patria' ha llamado “cachorro” a otro ciudadano y ha pedido que le coloquen un dispositivo que se pone a ciertos animales, preferentemente a los perros, en el hocico para que no muerdan. También ha mostrado a las cámaras de televisión el dispositivo.
Hay dos caminos para zanjar las diferencias políticas: el debate o la justicia, no el insulto, la discriminación o el racismo.
Los parlamentarios tienen la obligación de recordar en cada una de sus acciones, durante su mandato constitucional, lo que señala con claridad la Constitución Política acerca de los principios ético-morales sobre los que se funda la Asamblea Legislativa: ama qhilla (no seas flojo), ama llulla (no seas mentiroso), ama suwa (no seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).
Todos esos conceptos de la Bolivia profunda guardan relación con el concepto universal de ética, que no es más que el conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida.
También son valores fundamentales que defiende y protege la Asamblea Legislativa, así lo marca nuestra Constitución, la libertad, la igualdad, la justicia, el Estado de derecho y la unión y solidaridad entre todas las bolivianas y bolivianos.
En el Poder Legislativo, durante todo el periodo neoliberal, se han presentado los más escandalosos hechos de corrupción, y la impunidad, por regla general, se ha impuesto.
La crisis de los partidos neoliberales, expulsados por la irá y el voto popular del escenario político, ha traído al país vientos de cambio.
Y esos cambios han desembocado en la necesidad de otras formas de conducta en el primer poder del Estado, donde el comportamiento parlamentario deberá estar regido, en un marco legal, por la ética.