“Evo Morales no tiene sigla y está inhabilitado (...) si no tienes una sigla y te inhabilitan, tienes que buscar un plan B” y “muchos no quieren que Andrónico sea candidato porque va a sepultar a Evo y su entorno”.
El “evismo” trabaja de manera frenética para buscar al sustituto de Evo Morales Ayma para participar en las elecciones generales de agosto de este año, después de llegar a la conclusión de que su figura sufre un desgaste imparable debido a su comprobada vinculación con menores de edad, lo que constituye un delito; su desaforado vicio por el poder y creer que todo comienza y termina con él.
Veamos algunos hechos fácticos. El dirigente “evista” Darwin Choquerive anunció que en 10 días se decidirá si Andrónico Rodríguez será el candidato presidencial como un "plan B", dejando atrás a su líder histórico. La propuesta se debate en las huestes del “evismo”, aunque muchos salieron con amenazas, griteríos y juramentos de lealtad, antes que entablar una discusión democrática y de consensos.
Otros recalcitrantes “evistas”, como el exalcalde de Warnes Mario Cronenbold, se desencantaron con Morales y apoyan sin vueltas la postulación de Andrónico bajo argumentos pragmáticos e irrebatibles: “Evo Morales no tiene sigla y está inhabilitado (...)si no tienes una sigla y te inhabilitan, tienes que buscar un plan B” y “muchos no quieren que Andrónico sea candidato porque va a sepultar a Evo y su entorno”.
¿Morales puede ser candidato? No, no puede debido a que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), a través de la Sentencia Constitucional 1010/2023, determinó que la reelección presidencial indefinida no existe y no es un derecho humano.
El TCP refrendó, a través del Auto Constitucional 0083/2024 ECA, la inhabilitación de Morales como candidato a la presidencia de forma continua o discontinua, en respuesta al pedido de complementación y enmienda solicitada por un legislador.
Morales empezó a rifar su capital político cuando creyó que podía seguir gobernando, mandando o dictando directrices tras las sombras del presidente Luis Arce Catacora. Nadie olvida los reclamos airados de cambios ministeriales, las denuncias “sin ton ni son” por presuntos hechos de corrupción y otras majaderías incompresibles.
A ello siguió el ataque a sus propios compañeros de la agrupación política, ser irreverente y no dar ninguna oportunidad a los jóvenes que hacen méritos para ocupar algún cargo de importancia dentro del “evismo”. Libró una cruenta batalla para descalificar a todos sus oponentes como Andrónico, instaló un clima de beligerancia y dejó en claro que nadie puede ocupar su trono.
A ellos se sumó la discriminación y el ninguneo a las organizaciones sociales fundadoras del Instrumento Político, a quienes no tomó en cuenta para llevar los fallidos congresos, rechazó sus invitaciones y los marginó de cualquier decisión.
El cansancio del pueblo con el “evismo” también hay que escarbar en los bloqueos de carreteras que llevó adelante, todo con el fin de habilitarse en las elecciones y escapar de la justicia. Morales no se percató, o no quiso, del hartazgo de la ciudadanía con estas medidas de presión que, además, vulneraron su derecho a viajar, a trabajar y otros.
Muchos dirigentes empiezan a abandonar el barco porque están convencidos de que su “jefazo” no podrá ser candidato, ni por las buenas o por las malas; la sangría es el resultado de la dictadura de quien podía pasar a la historia como un gobernante que hizo mucho por los bolivianos, pero prefirió el suicido político por su ambición de poder.
AEP