La tercera cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) abrió el diálogo después de ocho años en los que los líderes de ambas regiones no se reunieron.
La cumbre reunió a 60 países —27 europeos y 33 latinoamericanos y caribeños— con la ambición de reforzar y modernizar la relación y estrechar la cooperación.
La anterior cumbre se celebró en 2015 y en octubre de 2017 se tendría que haber llevado a cabo otra en El Salvador, pero nunca tuvo lugar.
América Latina y el Caribe buscaron siempre mantener los canales de comunicación abiertos, pero los europeos simplemente estaban demasiado ocupados en sus asuntos internos bajo la atenta mirada de Estados Unidos. Esa es una de las posibles explicaciones del silencio que ha dominado las relaciones diplomáticas entre la UE y la Celac desde 2015.
Pero ahora que se ha renovado la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible, el presidente boliviano, Luis Arce, ha exigido a las naciones europeas dejar de sostener el concepto ligado a la relación "patrón-subordinado".
Y es que Europa no es dueña de la región, y latinoamericanos y caribeños hace largo tiempo que no aceptan el tutelaje colonialista, cualquiera sea su origen.
Es hoy el tiempo de una nueva etapa de la relación entre la Unión Europea con Latinoamérica y el Caribe. Y esta debe ser transparente, sin injerencia, con apego al respeto mutuo y en condiciones de una relación de igualdad en beneficio de los pueblos a ambos lados del Atlántico.
Arce, además, puntualizó con claridad y firmeza a Europa que ni Bolivia ni otros países de la región “regalarán sus recursos” naturales.
Para el mandatario de corte socialista es importante que se respete la soberanía de los Estados y la administración de sus recursos naturales.
Los 27 países de la Unión Europea, uno de los bloques más desarrollados del mundo, han tomado nota que ha llegado el momento de mirarnos como socios y no como patrones ni subordinados.
Esa será, sin duda, la línea que marcará la agenda internacional birregional de aquí en adelante.
América Latina y el Caribe necesitan apoyarse mutuamente con Europa para salir adelante ante retos y desafíos comunes, pero, como lo dijo el mandatario Luis Arce, para ello es imprescindible un diálogo franco y sincero, sin condiciones ni imposiciones.
