En días pasados, el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho —quien está encarcelado desde diciembre de 2022, en el marco de las investigaciones que se desarrollan por el caso denominado Golpe de Estado I—, arremetió contra el vicegobernador del departamento, Mario Aguilera, acusándolo de estar gestando un supuesto “golpe masista” en su contra, declaraciones que terminaron confirmando las diferencias entre ambos, otrora, acompañantes de fórmula por la agrupación política Creemos en las elecciones subnacionales de 2021.
Según el razonamiento de Camacho, el supuesto plan gestado en su contra tiene como base la comunicación que envió Aguilera a la Asamblea Departamental, días después del encierro del excívico, pidiendo explicaciones sobre los alcances de la ausencia temporal. Es decir, en su criterio, el solicitar un pronunciamiento de la instancia competente para interpretar los artículos 25 y 26 del Estatuto Autónomo de Santa Cruz es una acción golpista.
Pero lo que llama la atención de todo esto es que el verdadero artífice de un golpe de Estado, como el suscitado en 2019, ahora se llena la boca con acusaciones cuyos fundamentos caen en saco roto.
Cabe recordar que fue el propio Camacho quien confesó que su padre “cerró con los militares para que no salgan”, es decir pactó con las fuerzas del orden para dar rienda suelta a toda una maquinación que desembocó en la salida del expresidente Morales.
Estos hechos fueron corroborados por la propia Jeanine Añez, quien plasmó en un libro relatos de cómo —siendo una senadora postergada, sin la más mínima notoriedad ni carrera política— llegó a la presidencia de Bolivia. Según cuenta en uno de los pasajes del texto, en un encuentro que tuvo con el entonces representante de los cívicos cruceños, hizo algunas preguntas sobre cómo se iban desarrollando los sucesos, a lo que Camacho respondió: “Mi papá me dijo que todo iba bien”.
Entonces resulta irónico que alguien que quedará marcado en la historia por haber gestado un verdadero golpe que fracturó el orden democrático en el país ahora lance acusaciones libremente sobre supuestos planes en su contra.
Es inevitable que ante estas situaciones evoque a la mente un viejo refrán: 'Piensa el ladrón que todos son de su condición'.