La Franja y la Ruta de la Seda es un proyecto económico de la República Popular China para potenciar los vínculos con el resto del mundo a través de la creación de dos grandes rutas comerciales, una marítima y otra terrestre, que unirán al gigante asiático con el corazón de Europa, África y América Latina.
El presidente Luis Arce, en su mensaje al país del 6 de agosto, ha asegurado que el país accederá al proyecto chino de cooperación global.
En las últimas décadas el proyecto se ha centrado en facilitar el diálogo político, las infraestructuras, el libre comercio, la circulación del capital, la integración entre los pueblos, así como la profundización de la cooperación y el entendimiento mutuo entre los Estados parte.
La Franja y la Ruta atrajo ya a más de 150 países y 32 organizaciones internacionales, generó casi un billón de dólares en inversiones, desarrolló más de 3.000 proyectos y gracias a la iniciativa cerca de 40 millones de personas salieron de la pobreza.
El proyecto está dirigido principalmente a los países en desarrollo, aunque no excluye a las naciones desarrolladas.
La iniciativa china se enmarca dentro de una concepción del multilateralismo, con un mecanismo en el que todos los países pueden acceder a los elementos imprescindibles para su desarrollo.
El proyecto se distingue también por tener un carácter inclusivo, que posibilita el ingreso de todos los países para promover la colaboración y el desarrollo.
La Franja y la Ruta de la Seda expresa una propuesta de globalización inclusiva, muy diferente a una neoliberal, que fomenta las grandes desigualdades que existen en el mundo.
En un escenario global sumamente complejo y difícil, en medio de una crisis sistémica del orden global, donde se incrementa la brecha entre los países desarrollados y los no desarrollados, es importante para Bolivia integrarse al gigantesco proyecto en calidad de socio y en un periodo en que las relaciones con China están en el mejor momento histórico.
En 2023 se cumplen los primeros diez años de implementación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda y, en la misma línea que siempre plantea el mandatario boliviano, apuesta por un mundo multipolar con un profundo respeto entre los Estados parte.