La imponente muestra de folklore y devoción que se vivió el sábado 25 de mayo a través de la majestuosa entrada del Señor Jesús del Gran Poder, una de las festividades culturales más importantes del país, trajo consigo un importante movimiento económico para La Paz y para todo el país. La cifra no es menor; según el reporte oficial, se alcanzaron los Bs 475,1 millones este año.
La entrada contó con la participación de más de 70 fraternidades y alrededor de 91 mil danzarines que hicieron su paso por las calles del centro paceño luciendo llamativos trajes al ritmo de las danzas folklóricas más representativas del país, lo que deslumbró a más de 231 mil espectadores que se dieron cita para vivir esta fiesta cultural.
Desde la confección de los trajes, la contratación de bandas musicales, el alquiler de graderías, el expendio de alimentos hasta el flujo de turistas, que conlleva actividad hotelera y de transporte, por nombrar algunos factores, el movimiento que genera el Gran Poder es muy alto. Asumiendo la importancia de esta dinámica para la reactivación económica del país es que el gobierno del presidente Luis Arce hizo las gestiones necesarias y cumplió un programa de actividades para darle un fuerte impulso a la festividad y así promover el turismo cultural.
Fruto de esos esfuerzos es que el movimiento económico registrado este año por el desarrollo de esta festividad superó en 9% a la cifra de la gestión pasada, cuando se alcanzaron los Bs 437,2 millones, lo cual se ve reflejado en mayores ingresos para la población dedicada a la artesanía, transporte, gastronomía y turismo.
Lo lamentable es que, en contraposición a todos los esfuerzos para generar este movimiento de recursos que aporta a la reactivación económica del país, desde frentes opositores se promueven bloqueos y medidas de presión que afectan en igual proporción a la economía y a los bolsillos de las familias bolivianas. Mientras una diversidad de sectores se prepara durante meses para poder cubrir la demanda de festividades como la del Gran Poder y así generar ingresos, días después grupos radicales echan por tierra esos esfuerzos y perjudican el desarrollo de las actividades en desmedro de la ciudadanía. Esta paradoja es propicia para una reflexión.