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Inversión y exploración: la exitosa fórmula para reactivar el sector hidrocarburos

El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, informó que para 2025 la estatal y sus empresas operadoras y subsidiarias programaron un presupuesto récord de inversiones en busca de garantizar la continuidad del Plan de Reactivación de Upstream.

Para esta gestión, el sector hidrocarburos tendrá un presupuesto de $us 703,7 millones, un 72 % de este monto —más de $us 506 millones— se destinará a la inversión en exploración y explotación. El restante 28 % de las inversiones —unos $us 197 millones— se repartirá en diversos rubros de la cadena productiva del sector: redes de gas, transporte, industrialización y plantas, refinación, almacenaje, comercialización y otros.

Esta planificación previa no es sino la confirmación y continuidad de una reconducción en el manejo de los hidrocarburos, que tiene al trabajo serio y sistemático como punta de lanza; es así que los hallazgos de yacimientos y perforaciones de pozos anunciados en los últimos años —con el pozo Mayaya como gran hito—, así como la evidencia de aumento de inversiones, prueban que es posible ampliar las reservas de hidrocarburos con un trabajo a largo plazo, con la voluntad política y la gestión idónea que el presidente Luis Arce retomó tras años de descuido.

Del informe YPFB se debe destacar la gruesa carpeta de trabajo que hace augurar auspiciosas consolidaciones (no podemos dejar de remitir otra vez como ejemplo a Mayaya), en la certeza de que, a más proyectos y mejor planificación, crecen exponencialmente las posibilidades de hallazgos. Hay un total de 12 pozos en los que se enfatizará este 2025, desde cuatro niveles de enfoque y trabajo: perforaciones exploratorias: Bermejo-X46D, Yapucaiti-X1, Iñau-X3D, Vitiacua-X1, Remanso-X2, Mayaya Centro-X2, Mayaya Centro-X3; investigación estratigráfica: Tomachi-X1 IE y Tomachi-X2 IE; prospección sísmica: Tatarenda; explotación: Mamoré I y Surubí.

Es importante destacar que mientras se desarrollan los grandes proyectos exploratorios —que a la larga cristalizarán en descubrimientos de yacimientos y la consecuente garantía de ingresos— generan fuentes de empleo directo e indirecto y un importante movimiento económico, a nivel familiar y comercial, en las regiones implicadas.

No quedan dudas de que una de las prioridades del Ejecutivo es garantizar la seguridad energética de los bolivianos y, a la vez, devolver al rubro de los hidrocarburos al sitial cumbre en la generación de ingresos para beneficio del TGE, las regiones y universidades, como establecen las normativas. Hay que resaltar el trabajo eficaz del Gobierno en el rubro hidrocarburífero, como ejemplo contundente que trasciende a diferentes áreas; junto al plan de reactivación de inversión y exploración, prevé la diversificación: sin descuidar el gas, se enfatiza en la industrialización de los biocombustibles y los fertilizantes para asentar la economía amplia y no depender de un solo producto.

El gas es y seguirá siendo fundamental, pero ahora en el marco de una economía de base ancha, diversificada, que apunta a la sustitución de importaciones.


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