Años atrás, la industrialización ya formaba parte de las políticas de gobierno, sin embargo, hablar de ello sonaba aún muy lejano, pues no podría ser tangible en el corto o mediano plazo. No obstante, hoy, en pleno 2023, ya vivimos ese proceso de industrialización que Bolivia soñó, de la mano de las políticas implementadas por el gobierno del presidente Luis Arce.
Como señala el Jefe de Estado, su gobierno se constituye en el “gobierno de la industrialización” para la sustitución de importaciones, y tal parece que este no es un mero discurso, sino una realidad que puede sustentarse en muchas acciones concretas, como la inversión de Bs 4.169 millones para la construcción de 43 plantas industriales en todo el país, las cuales ya se encuentran en fase de implementación.
Otra muestra de que ya vivimos la era de la industrialización en el país es el inicio de la implementación de la industria de química básica, con una inversión de Bs 3.409 millones, para la construcción de otras cuatro plantas industriales en Uyuni, Potosí, que producirán ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, hidróxido de sodio, hidróxido de calcio y carbonato de sodio; además de hipoclorito de sodio, cloruro de calcio y bicarbonato de sodio, insumos que son imprescindibles y base para iniciativas industriales y productivas.
Del mismo modo, ya en agosto de 2022, el Gobierno creó la empresa pública Industria Boliviana de Aceites Ecológicos (IBAE) en Santa Cruz, con un capital de Bs 847,2 millones; en abril de 2023 nació la Empresa Boliviana de Producción Agropecuaria con un patrimonio de Bs 140 millones.
Tampoco se puede olvidar a la Planta de Amoniaco y Urea, uno de los proyectos pioneros para la industrialización en el país, que impulsó además la iniciativa de generar una segunda planta de estas características por la alta demanda del fertilizante.
Asimismo, la construcción de la Planta de NPK, que se emplaza en Cochabamba, ya tiene un avance físico importante y se prevé que sea concluida este año. A esta se suman las dos plantas de biodiésel, que se edifican en Santa Cruz y La Paz, para reducir la importación de carburantes.
Estas son solo algunas muestras de que Bolivia ya vive la era de la industrialización, que ya no es un proyecto a futuro; es una realidad que ya vivimos y marcará un antes y un después en el desarrollo del país.